Rayle se despertó al día siguiente con una sonrisa en su rostro. La noche anterior con Wagner había sido increíble. Se sentía como si hubiera encontrado a alguien que la entendiera.
Mientras se preparaba para el día, Rayle pensó en Wagner. ¿Qué lo hacía tan especial?
Wagner era alto y guapo, con ojos azules que parecían ver dentro de su alma. Su cabello oscuro y ondulado enmarcaba su rostro perfectamente. Tenía una sonrisa cálida y contagiosa que hacía que Rayle se sintiera segura.
Pero no solo era su apariencia lo que la atraía. Era su personalidad, su forma de ser. Wagner era amable, comprensivo y paciente. La escuchaba sin juzgarla, la hacía sentirse valorada.
Rayle, por otro lado, era una joven de 22 años, con cabello rubio y ojos verdes. Era delicada y elegante, con una sonrisa que iluminaba cualquier habitación. Tenía una personalidad fuerte y decidida, pero también era vulnerable y sensible.
Mientras se vestía, Rayle recordó la forma en que Wagner la había mirado la noche anterior. Como si la viera por primera vez, como si la admirara.
Se sintió nerviosa y emocionada al mismo tiempo. ¿Qué estaba pasando entre ellos?
De repente, su teléfono sonó. Era Wagner.
"Hola, Rayle", dijo Wagner, con su voz profunda y suave. "¿Cómo estás hoy?"
Rayle sonrió. "Estoy bien, gracias. ¿Y tú?"
"Estoy bien", respondió Wagner. "Quería saber si quieres salir conmigo esta noche.
Rayle se sintió emocionada. "Sí, me encantaría."
Wagner se rió. "Genial. Te recogeré a las 7."
Rayle colgó el teléfono con una sonrisa en su rostro. Sabía que esta noche sería especial.
Después de la llamada, Rayle se sintió emocionada y nerviosa. No sabía qué esperar de la cita con Wagner.
Al salir de la escuela, Rayle se encontró con su amiga, Sofía. Sofía era una chica vibrante y enérgica que siempre estaba dispuesta a ayudar.
"Hola, Rayle", dijo Sofía. "¿Qué pasa? Te veo emocionada".
Rayle sonrió. "Wagner me pidió salir esta noche".
Sofía se emocionó. "¡Eso es increíble! Wagner es un chico genial".
De repente, una voz desagradable interrumpió su conversación.
"¿Qué pasa aquí?", dijo la nueva novia de Alex, Emma.
Rayle se sintió incómoda. "Nada, Emma. Solo hablando con Sofía".
Emma se acercó a Rayle, con una mirada hostil. "¿Todavía crees que puedes tener a Alex de vuelta?"
Rayle se enfureció. "No quiero a Alex. Estoy mejor sin él".
Emma se rió. "Eres una perdedora. Nunca tendrás a alguien como Alex".
Rayle se cansó de sus insultos y se enfrentó a Emma. "¿Quieres saber la verdad? Alex es un engañador y un mentiroso. No merece mi tiempo".
Emma se enfureció y atacó a Rayle. Pero Rayle no se rindió. Se defendió y devolvió los golpes.
Wagner apareció de repente y separó a las dos chicas. "¡Basta! No necesitas pelear, Rayle".
Rayle se sintió aliviada. "Gracias, Wagner".
Wagner la tomó del brazo y comenzaron a caminar. "No tienes que preocuparte por Emma. Estoy aquí para protegerte".
Rayle se sintió conmovida por su gesto. "Gracias, Wagner. Nunca tuve alguien que me quisiera y me cuidara. Siempre estuve rodeada de gente envidiosa".
Wagner se detuvo y la miró. "Rayle, yo siempre te he querido. Siempre te he mirado desde la esquina de la clase. Pero nunca te giraste para verme".
Rayle se sintió sorprendida. "Wagner, no puedo... Todavía tengo sentimientos por Alex".
Wagner se entristeció. "Entiendo. Pero quiero ser tu protector, Rayle. Quiero estar allí para ti".
Rayle se sintió conmovida, pero rechazó sus sentimientos.
Esa noche, Wagner se fue a su casa, sintiendo una tristeza profunda. Se sintió como si hubiera perdido a Rayle para siempre.
Se dirigió al baño y se miró en el espejo. "¿Por qué no puedo dejar de amarla?", se preguntó.
De repente, tomó una decisión drástica. "Voy a acabar con mi vida. No puedo seguir así".
Pero justo cuando iba a hacerlo, su teléfono sonó. Era Sofía.
"Wagner, ¿estás bien? Vi cómo te fuiste de la escuela y me preocupé".
Wagner se detuvo. "Sofía, estoy... estoy bien".
Sofía se rió. "No te creo. Ven a mi casa. Necesitas hablar con alguien".
Wagner suspiró y se dirigió a la casa de Sofía. Tal vez, ella podía ayudarlo a superar sus sentimientos por Rayle.
Wagner se sentó en su cama, con el teléfono en la mano. Escribió un mensaje para Rayle, con lágrimas en los ojos.
"Rayle, siempre te amé, incluso cuando no me mirabas. Quería ser tu refugio, tu protección. Pero entiendo que no puedo serlo. Te dejaré ir, pero recuerda que siempre estaré aquí para ti. Adiós, mi amor".
Envió el mensaje y se levantó de la cama. Se dirigió al armario y sacó una botella de pastillas.
Sofía, mientras tanto, estaba en su casa, preocupada por Wagner. De repente, recibió un mensaje de Wagner.
"Sofía, no te preocupes por mí. Estoy bien".
Pero Sofía sabía que algo estaba mal. Recordó la conversación que habían tenido horas antes y se dio cuenta de que Wagner estaba en peligro.
Sofía salió corriendo de su casa, sin saber dónde estaba Wagner, pero decidida a encontrarlo.
Mientras tanto, Rayle recibió el mensaje de Wagner y se sintió conmocionada. No entendía por qué Wagner se sentía así.
"¿Qué pasa, Wagner?", respondió Rayle. "No entiendo. ¿Dónde estás?"
Pero Wagner no respondió. Ya había tomado la decisión de acabar con su vida.
Sofía corría por las calles, llamando a Wagner por teléfono, pero él no respondía.
Finalmente, llegó a la casa de Wagner y encontró la puerta abierta. Entró y gritó.
"Wagner, no hagas esto. Te necesito. Rayle te necesita".
Wagner estaba en el baño, con la botella de pastillas en la mano. Se detuvo al escuchar la voz de Sofía.
"Sofía, no", dijo Wagner. "Es demasiado tarde".
Sofía entró en el baño y se lanzó sobre Wagner, quitándole la botella de las manos.
"No te dejaré hacer esto, Wagner", dijo Sofía. "Tienes una razón para vivir".
Wagner se derrumbó en el suelo, llorando. Sofía lo abrazó y lo sostuvo.
"Estoy aquí para ti, Wagner. Siempre estaré aquí para ti".
En ese momento, Rayle llegó a la casa de Wagner, preocupada por el mensaje que había recibido.
"Sofía, ¿qué pasa?", preguntó Rayle.
Sofía se levantó y se dirigió a Rayle.
"Wagner estaba a punto de suicidarse", dijo Sofía. "Pero llegué a tiempo".
Rayle se sintió conmocionada y se lanzó sobre Wagner, abrazándolo.
"Wagner, no te dejaré ir", dijo Rayle. "Te necesito. Te amo".
Wagner se sorprendió al escuchar las palabras de Rayle. ¿Era posible que ella lo amara?
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