Rayle salió del departamento de Alex con el collar de diamantes aún en su mano. No podía creer lo que había visto. La conversación con Emily ahora tenía sentido. Alex la había estado engañando.
Mientras caminaba por la calle, Rayle se sentía como si estuviera en un sueño. Todo parecía irreal. La gente pasaba por su lado, pero ella no los veía. Solo veía la imagen de Alex con otra chica.
De repente, Rayle se detuvo frente a un bar. No sabía cómo había llegado allí. Se sentó en la barra y pidió un trago. Mientras esperaba, miró alrededor. Y entonces, lo vio.
Alex estaba sentado en una mesa con la chica del collar. Rayle se sintió como si hubiera sido golpeada en el estómago. No podía respirar.
Se levantó y se dirigió hacia la mesa. Quería confrontar a Alex, pero sus piernas no la sostuvieron. Se derrumbó en el suelo, llorando.
Una voz profunda y suave la ayudó a levantarse. "¿Estás bien?"
Rayle miró hacia arriba y vio a un hombre alto y guapo, con ojos azules que la miraban con preocupación.
"Sí... no", respondió Rayle, llorando.
El hombre la llevó a una mesa en un rincón del bar y le dio un pañuelo. "¿Qué pasa?"
Rayle se secó las lágrimas y miró al hombre. "Mi novio... me está engañando".
El hombre asintió. "Lo siento. Me llamo Wagner".
Rayle sonrió débilmente. "Rayle".
Wagner le tomó la mano. "¿Quieres hablar sobre ello?"
Rayle asintió y comenzó a contarle todo. Wagner la escuchó atentamente, sin interrumpir.
Mientras hablaba, Rayle se sentía más tranquila. Wagner tenía una presencia calmada que la hacía sentir segura.
Cuando terminó de hablar, Wagner le dio un abrazo. "Lo siento, Rayle. No mereces eso".
Rayle se sintió conmovida por su compasión. "Gracias, Wagner. No sé qué hubiera hecho sin ti".
Wagner sonrió. "Estoy aquí para ti".
En ese momento, Rayle se dio cuenta de que había encontrado a alguien especial. Alguien que la escuchaba y la entendía.
Mientras se separaban, Rayle se sintió más fuerte. Sabía que podía superar la traición de Alex con la ayuda de Wagner.
"¿Quieres que te lleve a casa?" preguntó Wagner.
Rayle asintió. "Sí, por favor".
Mientras salían del bar, Rayle miró hacia atrás y vio a Alex y la otra chica. Sonrió. Ya no le importaba. Había encontrado a alguien
Después de dejar el bar, Wagner la llevó a su casa en su auto. Rayle se sintió segura y cómoda en su presencia.
"Gracias por todo, Wagner", dijo Rayle, mientras salía del auto.
"De nada, Rayle. Estoy aquí para ti", respondió Wagner, sonriendo.
Rayle sonrió y se dirigió hacia su puerta. Wagner la siguió y se quedó en la entrada.
"¿Quieres que entre un rato?", preguntó Wagner.
Rayle asintió. "Sí, por favor".
Wagner entró y se sentó en el sofá. Rayle se sentó a su lado.
"¿Te sientes mejor?", preguntó Wagner.
Rayle asintió. "Sí, gracias a ti".
Wagner la tomó de la mano. "No te preocupes, Rayle. Estoy aquí para ti".
Rayle se sintió conmovida por su gesto. Nadie la había tratado con tanta amabilidad en mucho tiempo.
De repente, el teléfono de Rayle sonó. Era Alex.
"No contestes", dijo Wagner, viendo la mirada de Rayle.
Rayle asintió y apagó el teléfono.
"Gracias, Wagner", dijo Rayle.
Wagner sonrió. "No hay problema, Rayle. Estoy aquí para protegerte".
Rayle se sintió segura y protegida en su presencia. Sabía que había encontrado a alguien especial.
* Fin del cap 2*