Capítulo 9

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El viento con nubes oscuras cubrió Nueva York mientras más cerca estaba el anochecer. Kibum tomó otro sorbo de vino, sentado en la silla blanca frente al ventanal de su despacho.

¿Por qué se sentía tan solo?

Creyó haber superado el sentimiento hace mucho, pero ahí estaba, latente bajo su piel.

Cuando se divorció, juró no volver a enamorarse. Lo juró sobre las lágrimas que lloró, la sangre que le costó, y el amor que se tenía. ¿Cómo iba a permitir que otro hombre entrara a su vida? ¿Para qué? ¿Para volver a ser destruído?

No. No.

Jamás.

Incluso si odiaba estar solo o si extrañaba ser amado.

"Tienes suficiente amor para tí mismo como para no necesitar el de nadie más".

—¿Toc toc?

Al voltearse, encontró a Jonghyun parado en el umbral de la puerta. Vestía una radiante sonrisa que hizo temblar el corazón de Kibum.

Ese era el problema, precisamente. Él era ciertamente débil al tipo de sonrisa que solo Jonghyun parecía poseer, a ese carisma que le hacía reír y a su galantería que lo hacía enloquecer por un beso. Pero esa llamarada de sentimientos, estaba siendo sofocada por el miedo.

Su ex esposo había sido ciertamente encantador durante el noviazgo y los primeros meses del matrimonio. Flores, besos, caricias y halagos fueron el alimento diario para su amor. Quizás por eso no se dio cuenta lo grave que fue sino hasta que terminó en el hospital. Intentó encontrarle sentido y, estúpidamente, justificó los moretones y los golpes.

Su amor lo volvió tan ciego y estúpido.

"Se supone que el amor te eleva a las nubes, pero a mi me llevó a morir sobre las brasas del infierno".

Cuando finalmente abrió los ojos, ayudado por su hermana y su madre, estuvo tan al borde que sintió todo perdido. Aun así, eso lo empujó a escarbar bajo los escombros hasta encontrar los pedazos de amor propio para reconstruirlo todo.

Reconstruir. Suena tan sencillo.

¿Acaso lo había logrado?

"... Solo uní las piezas, pero nunca pude borrar las grietas".

—¿Qué haces aquí?

—No seas tan arisco, gatito.

Kibum pasó saliva. Gatito. Joder. ¿Por qué quería ser su gatito?

—Un pajarito me dijo que necesitabas compañía.

—No sé qué clase de pajarito fue, pero necesitas verificar tus fuentes de información.

El alfa simplemente se carcajeó y terminó por entrar al despacho; se apoyó contra el escritorio de madera blanca, justo a un costado de Kibum. Le entregó una bolsa de papel marrón.

—¿Qué es esto?

—Esos chocolates con relleno ácido que te gustan.

La tienda quedaba del otro lado de la ciudad.

Kibum tomó la bolsita y la abrió, embriagándose con el aroma tan bueno a chocolate amargo y maracuyá. Un ronroneo se le escapó y causó risa en Jonghyun.

—Sabes que no tienes que hacer esto.

—Quiero hacerlo; me gusta hacerlo —alegó sin perder esa sonrisa pulcra.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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