CAPÍTULO 36

1 0 0
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




2 SEMANAS DESPUÉS

—¿Cómo está?

—Está dormida en su habitación, tiene una enfermera que se quedará con ella. No la dejaré sola ni un minuto. Hay dos enfermeras para que, cuando una necesite ir al baño o comer, cambien.

—¿No crees que es demasiado?

—No sé si es demasiado, solo sé que debo cuidarla, y hasta que reciba sus terapias, las cosas se harán así.

—Widow, el señor Oleg tiene noticias para usted. Quería que le preguntase cuándo podría atenderlo —informó Vladymir.

—¿Quién es Oleg?

—Es un agente inmobiliario. Quiero abrir clubes nocturnos como en España —mentí.

—Parece que no pierdes tiempo.

—Es lo que me mantiene controlada, porque si no trabajara, estaría dándole la vuelta a Alemania con una pistola, matando a cada persona hasta encontrar a los culpables de toda esta mierda.

—Te dije que todo debe ser con cabeza fría o causarás muertes sin necesidad.

—¿Qué le digo, Widow?

—Que no puedo verlo ahora. Que me contactaré con él en cuanto pueda —dije, y él transmitió el mensaje.

—Dice que es importante —insistió Vladymir.

—Si no quieres responder por mí, iré al jardín a tomar aire —Dominik dijo, dejándome sola con Vladymir, y entramos al despacho.

LLAMADA

—Dime.

—Tengo los registros de llamadas del celular de su padre. Las últimas llamadas fueron a este número. Anote —él dijo.

—Espera —dije buscando bolígrafo y papel—. Dime —dije, y él dictó—. ¿Algo más?

—Le envié las fotos de la lista de reservaciones al restaurante ese día. Cuando pueda, se las haré llegar en físico.

COLATERALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora