Zafira Becker 01.

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— Mierda, voy tarde otra vez —digo, irritada al ver el reloj. Por más rápido que intento caminar, siento que voy en cámara lenta. ¿Esta vida puede ser más mierda?

Y como si el mundo estuviera en mi contra, empieza a llover.

— Olvidé el maldito paraguas —murmuro, mirando al cielo para luego detenerme bajo la parada de autobús.

Resoplo y miro a mi alrededor, buscando algo que me distraiga mientras la lluvia cae sin cesar.

— Mierda —repito, fastidiada—. Tendré que irme así, esto no piensa parar y voy tarde —me digo en voz baja. Pero justo entonces, una mano se extiende hacia mí con un paraguas. Lo miro sorprendida y el extraño lo acerca más.

— Tómalo, mi moto está cerca, pero parece que tienes prisa —dice.

Asiento y tomo el paraguas.

— Gracias.

— Siempre, linda —responde antes de marcharse.

Sonrío y continúo mi camino. Cuando estoy a punto de llegar a la empresa, un estruendo sacude el aire y veo fuego saliendo del lugar donde trabajo. Me agacho instintivamente, dejando caer todos los papeles que llevaba en las manos. Me quito las zapatillas y corro hacia el lugar del accidente.

— Mierda... Lu... —murmuro, mientras la gente corre despavorida, gritando. Pero no hay rastro de Luca.

— ¡Zafira! ¡Corre! —escucho la voz de Luca gritándome desde la entrada, corriendo hacia mí.

— ¡Hacia mí no, ve al otro lado, estúpida! —grita.

— ¡Tú no me dices qué hacer! —le respondo, pasando de largo y corriendo hacia varias personas que estaban en el suelo. Algunos heridos, niños llorando, adolescentes en shock.

— Reacciona, estúpida, no te quedes ahí parada —me recrimino, dándome una bofetada para espabilar. Corro hacia una niña de menos de tres años, la tomo en mis brazos.

— Tranquila, voy a buscar a tus padres —le digo en un intento de calmarla. Justo cuando estoy por irme, otro estruendo sacude el lugar y un trozo del edificio se desprende, cayendo hacia nosotras. Abrazo a la niña y cierro los ojos, pero el impacto nunca llega.

Al abrir los ojos, veo a esa cosa que tantas veces había visto en las noticias.

Buongiorno, Señoritas —dice mientras lanza la enorme roca a un lado. Sonríe y la pequeña en mis brazos ríe.

— Concéntrate, baboso —responde una voz que no logro ubicar.

— ¡Cuidado! —grito al ver a otro ser, este de color amarillo, acercándose hacia nosotros. El primero lo detiene con sus manos y lo empuja lejos de nosotras. Corro hacia un lugar seguro, justo cuando aparece la madre de la niña. Se la entrego rápidamente.

— Mierda, ¿qué fue eso? —me quedo observando la pelea, cuando un sonido agudo me obliga a taparme los oídos. Las dos criaturas comienzan a desmoronarse o algo así, hasta que una de ellas se desprende de un hombre que... ¡Es mi jefe!

El ser amarillo se arrastra por el suelo, y el otro lo sostiene y lo devora.

Mi cara se desfigura al ver tal escena, el asco y la náusea me invaden.

Mi jefe se levanta y empieza a gritarle cosas al ser negro. Busca algo en su bolsillo y saca un frasco con un líquido que no logro identificar si es rosa, rojo o naranja. El hombre lanza el frasco hacia el alienígena, quien lo rompe con los dientes.

— Te deseo lo peor de la vida, Eddie Brock, cosa asquerosa y repugnante. Algún día vas a morir como los otros y... —no puede terminar su frase, porque el alien lo sujeta y en cuestión de segundos le arranca la cabeza.

— ¡Ay, mierda! —grito, tapándome la boca cuando noto que me están mirando.

— Ay, por Dios —la mitad del rostro del alienígena se aparta, dejando ver a un hombre debajo de la piel viscosa. Lo reconozco.

— Por favor, ¿podrías... no contarle a nadie lo que viste? —me pide.

— ¿Disculpa? ¡Acabas de comerle la cabeza a mi jefe y yo lo vi! —le grito.

Sé que no te caía bien de todos modos —dice Venom.

Me quedo en silencio unos segundos.

— ¡Lo mataste! ¡Por Dios, lo mataste! Sé que lo merecía, que era un hijo de puta, y si yo hubiera tenido el valor también lo habría hecho, pero... ¡lo mataste!

— Sí, ya entendí. Y no fui yo, fue...

— ¿Eddie, estás bien? —aparece una mujer rubia, con Dan Lewis detrás de ella. —¿Estás bien? —me pregunta esta vez a mí, pero no logro concentrarme.

— Ah... sí, claro. —Mierda, ¿qué hace este payaso aquí?

Dan y yo nos quedamos mirándonos.

— ¿Se conocen? —pregunta la rubia.

— No —respondo.

— Sí —Será maldito. Dice Dan, maldito sea—. Ella es mi ex.

La rubia levanta las cejas, sorprendida.

Incómodo —comenta Venom.

— Cierra la boca, parásito —le responde "Eddie".

— Ah, ya sé de dónde te conozco —digo para cambiar de tema, señalando a Eddie—. Me diste un paraguas.

— Ah, sí, cierto.

— Bueno... yo me voy —digo, incómoda por la situación.

— Espera —dice Dan, agarrando mi muñeca.

— Jódete, Dan —respondo, dándome la vuelta y levantando el dedo medio.

Qué Carácter, me gusta —escucho decir a Venom. Lo miro y él saca su larga lengua haciendo esos característicos movimientos.

— Wao... —murmuro y sigo mi camino.

Zafira Becker 👆🏽

Venom: "Unleashed Darkness"©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora