Venom: "Unleashed Darkness"©

Zafira Becker 03.

Al final no pude encontrar al gato, así que volví a mi departamento para prepararme la cena. Mañana tengo que ir a buscar un nuevo trabajo, ya que la empresa está en manos de la Policía.

Solté las bolsas y puse todo en su lugar correspondiente, pero antes, puse algo de música.

— Todow — canté al son de la música que sonaba en la bocina.

Comencé a arreglar todo y a picar la carne, los vegetales, y todo lo que necesitaba para hacer la cena.

Mi cuerpo se movía al ritmo de la agradable y sensual melodía. Encendí la sartén y le eché aceite, para luego hacer lo mismo con la carne.

Mientras cocinaba, también organicé un poco la sala. Volví a la cocina bailando y guardé varias cosas de las bolsas, cuando de repente me sentí extraña. Apagué la estufa.

Me senté en el sofá, intentando calmar mi estómago, pero las náuseas no cesaban.

Me dirigí al baño y vomité. Al terminar, aún no me sentía mejor. Me detuve frente al lavabo y al espejo. Agarré mi cepillo dental y comencé a cepillarme. Lavé mi rostro y suspiré, quedándome en esa posición por varios segundos.

Mi visión comenzó a nublarse y todo daba vueltas. Intenté enfocarme en el espejo.

— Hola, Zafira — dijo una voz. Mi rostro se desfiguró. Solté un grito agudo y retrocedí, chocando contra el otro espejo. Este se quebró y cayó sobre mí, haciéndome varios cortes.

— Me estoy volviendo loca — murmuré, pasando las manos por mi rostro al sentir la sangre escurriendo por mi frente. Tomé un trozo del espejo y me miré en él.

— No, no estás loca.

— ¿Y entonces? Estoy hablando con una voz que no sé de dónde proviene.

— Estoy dentro de ti.

— ¿Dentro de mí? ¿Cómo?

— Verás, necesito un portador para poder sobrevivir en este planeta, y al parecer, eres la indicada.

— Ajá... ¿pero qué eres? ¿Un demonio?

— No, soy un virus... un veneno.

— ¿Un parásito?

— Algo así, pero no vuelvas a llamarme de esa forma.

— Bien... ¿Qué quieres de mí?

— Necesito que me ayudes a destruir a mi padre.

— ¿Qué? ¿Por qué? — pregunté con asombro.

— Es nuestra naturaleza. Pero no sólo a mi padre, también a mis hermanos.

— Vaya... Qué fea naturaleza, ¿no?

— No, en realidad no. Todo es por la fuerza y el poder.

— Entiendo — dije levantándome del suelo y yendo al espejo. — ¿Y quién es tu padre? — pregunté, mirando mi reflejo.

— Venom.

— Ese nombre me suena...

— Así es.

— ¡Ay mierda! Lo conozco. O sea, no lo conozco personalmente, pero lo he visto.

— Perfecto.

— ¿Y tú quién eres?

Mi rostro volvió a desfigurarse, mostrando unos grandes ojos blancos junto a una gran sonrisa llena de dientes afilados y una lengua larga.