Recuerdos Inolvidables

Capitulo 2 - Cambios

Cuando nos mudamos a nuestra nueva casa, estaba tan feliz, al fin íbamos a estar en un solo hogar, empezamos a vivir con mis hermanos y todo parecía ir de maravilla. Todos viviendo juntos, todos comiendo juntos menos mi padre. Mi hermano mayor no dejó que mi padre entrara a la casa, nunca lo permitió. Después a los días mi padre solo podía visitarnos afuera. En la calle, el iba todos los días a visitarnos. Mi hermana y yo estábamos tan felices.
Empezamos a estudiar en el colegio, mis primos también estudiaban allí. Sentía a mi familia cerca, tenia a mis primos y tías a una cuadra de la casa donde ya era nuestro hogar para siempre. Yo me sentía muy feliz, mi hermana y yo estudiábamos en el turno de la mañana y en la tarde nos íbamos a la casa de mi tía a jugar con nuestra prima, todos mis primos teníamos casi la misma edad, éramos contemporáneos, mi mamá en cierta parte era muy sobreprotectora, no nos dejaba jugar mucho con mis primos, tampoco nos dejaba salir tanto como a ellos.
Mi mamá antes de mudarnos a nuestra nueva casa cuidaba a dos niños de una amiga de ella. Nos hicimos amiguitos de ellos. Casualmente ellos también iban al mismo colegio de nosotras, tiempo después ellos se mudaron y no los volvimos a ver más, después nosotros nos habíamos mudado a nuestra casa.
Mi padre iba todos los días a mi casa, nos visitaba y siempre me traía algo para comer, el siempre llegaba en la tarde y yo todos los días junto con mi hermana lo esperábamos con ansias para verlo y platicar con él por un buen rato. Nuestra casa tenía un patio trasero y en el portón había un espacio abierto que se podía ver hacia la calle, mi hermana y yo nos colocábamos en el portón para estar pendiente cuando mi papá viniera con su carro a visitarnos.
El siempre nos llevaba a comer o a comprar, cada vez que mi papá nos compraba algo se lo agradecíamos con un abrazo y un beso en el cachete diciendo "gracias papá" solo con eso el se conformaba, se conformaba solo con vernos sonreír y ver que estábamos tan felices de tenerlo a él.
Siempre lo hacíamos, todos los días compartíamos con el, luego al tiempo mi madre empezó a enfermar, no sabíamos que era lo que tenía. Todos los días se sentía mal y las únicas que estábamos pendiente de ella era mi hermana y yo. Mis hermanos varones no se preocupan mucho por ella, entonces para ella solo éramos mi hermana y yo.
Los doctores que se encargaban de la salud de mi madre habían dicho que la enfermedad de ella era grave, nosotras no entendíamos mucho, apenas éramos unas niñas para entender ciertas cosas. Después de eso empezamos a notar las peleas diarias entre ellos dos, era casi todos los días. Cuando ya teníamos cierta edad para entender las cosas, mi padre me había dicho que mi mamá tenía una enfermada muy grave y que era casi imposible curarla. Tenía cáncer.
Yo más o menos sabía lo que era esa enfermedad y lo destructivo que era. Solo yo sabia por ser la mayor. Digamos que fui un poco más lista que mi hermana. Mis hermanos también lo sabían, mi padre me dijo que la íbamos ayudar, y eso fue lo que hicimos, mi padre siempre nos apoyó con la enfermedad de mi madre.
Ella empezó con su tratamiento, cada vez que salía de su tratamiento se veía cada vez más cansada pero aún así nunca se rendió, luchó y luchó y siempre con una sonrisa, jamás vi a mi madre triste o frustrada por su terrible enfermedad, siempre fue muy valiente.
A los días mi abuela falleció. Murió de la misma enfermedad que mi madre, murió de cáncer de Colón, dicen que el Cáncer de Colón es el más agresivo que hay. Mi madre también lo tenía, se vió tan devastada cuando se enteró que su mamá había muerto y yo estaba tan triste por verla así. Yo dije dentro de mi ¿mi mamá también se va a morir?.
La enfermedad poco a poco la fue debilitando, pero ella jamás se dio por vencida. Con los años y con el tratamiento, mi madre logró curarse de ese maldito cáncer. ELLA LE GANÓ A ESA TERRIBLE Y ESPANTOSA ENFERMEDAD...