En su primer matrimonio, ella sufrió mucho; se había casado por amor, pero él nunca dejó de amar a su exnovia. Tiempo después se divorcio.
Ahora que se divorcio, se volverá a casar, pero esta vez no por amor, sino por el bienestar de ambas familias...
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—Padre —Dylan se dirigió hacia Fabián—, ¿Estás seguro de tu decisión?
—Si —respondió con seguridad.
—Papá, ¿Ya terminaron? —preguntó Isabel al entrar a la oficina.
—Sí, princesa. Vamos a casa.
Los tres se dirigieron a la residencia. Lo que Isabel no esperaba era ver a los padres de Antonio.
—Ya llegaron —dijo Marissa.
—Sí, cariño —Fabián se acercó a Marissa para darle un beso—. Daniel —se dirigió a su amigo de toda la vida.
—Es bueno verte después de tiempo —habló Daniel Bustamante.
—Por favor, si se vieron hace dos días —intervino Roxana.
Ambos estrecharon sus manos.
—Isa, me alegro de verte nuevamente —dijo Roxana mientras la abrazaba.
—Igualmente, señora Roxana.
—Mírate, lo hermosa que estás, Isabela —halagó Daniel.
—Gracias, señor Daniel.
—¡Isa! —llamó con emoción Romina—. Te extrañe mucho —dijo, abrazándola.
—Yo también Romí.
En ese momento entro Antonio. A Isabel no le sorprendió verlo.
—Bueno, llegó la última persona que estábamos esperando —dijo Marissa—. Vamos a cenar.
La familia Obregón y la familia Bastamente compartieron mesa después de tanto tiempo. Aunque la reunión tenía un solo propósito, que es de unir a Isabel y Antonio.
Transcurrió la noche y las miradas de ambas familias siempre estuvieron en ambos.
Isabel se sintió incómoda por la presencia de Antonio, mientras que él, aunque no expresaba nada Roxana vio a través de su hijo que estaba muy feliz de estar cerca de Isabel. Terminaron de cenar y todos se dirigieron a la sala.
Ambas madres querían que sus hijos estuvieran a solas para que hablaran, así que dieron señas a sus respectivos esposos y ellos entendieron perfectamente.
—Daniel, ya que te encuentras aquí, te mostraré mi colección de vinos —habló Fabián.
—Sí, claro. Vamos —dijo Daniel, levantándose.
—Romí, me olvidé de darte mi regalo cuando regresé de viaje. Vamos —dijo Dylan mientras la tomaba de la mano. Él entiendo la situación perfectamente.
—¿Enserió? ¿Cómo pudiste olvidarte? —regaño Romina a Dylan mientras se iban.
—Marissa, me dijiste que ibas a mostrarme tus diseños de joyas.
