SEBASTIAN
El movimiento repentino a mi lado sacude mi mesa y me despierta de golpe. Mi mirada se eleva hacia la figura sentada a mi lado, molesta y confundida por el hecho de que alguien esté ocupando mi mesa. Se suponía que esta sería una clase fácil, donde no tendría que hablar ni trabajar con nadie, pero es todo lo contrario.
La miro y me quedo sin palabras.Es hermosa.
No es el tipo de belleza de la mayoría de las chicas, con rasgos suaves que se deben admirar pasivamente.
No, es hermosa de una manera que no puedes ignorar. Tiene una confianza y una asertividad que son tan atractivas que te ruegan que la mires un poco más y la mires de reojo tan a menudo como puedas.
Noté sus ojos; eran de un color café oscuro, resaltados por motas doradas y bordeados por largas pestañas negras. Sus definidos labios de fresa... es imposible no mirarlos, los usa para lograr una sonrisa arrogante.Su ropa abraza su cuerpo de una manera que se siente dolorosamente injusta, acentuando su suave piel bronceada. Me doy cuenta de que la estoy mirando, me digo a mí mismo que debería dejar de hacerlo, pero continúo mirándola.
Pareces un tonto. Parpadeo para volver a la realidad, tratando de salvarme de la situación incómoda en la que me había metido.
Afortunadamente, ya sea porque se da cuenta de que la miro intensamente y se queda callada, o porque está tan acostumbrada a que los chicos la miren que no se da cuenta.
– ¿Hola?– me recupero y la confusión vuelve a aparecer en mi voz.
– Sí, lo sé, no quiero sentarme aquí, tampoco.
La hostilidad transforma sus rasgos.
Sin contemplaciones, se recuesta en su silla, visiblemente molesta, y resopla como si fuera a estallar en llamas y quemar a nuestra profesora si así lo deseara. La clase continúa en silencio, mientras los estudiantes observan a la señora Angie, quien gira por el salón haciendo cumplir reglas que no tenemos intención de seguir.
Miro el reloj, deseando que el tiempo se acelere y nos libere de esta clase.
Cuando la señora Angie finalmente se sienta en su escritorio, terminando su conferencia, Tini susurra mientras mantiene sus ojos en su teléfono:
– Qué lástima, esperaba que se tropezara primero
Me río, manteniendo la mirada fija en el tablero.
– Al menos eso... la callaría – pensé
– ¿Estás bromeando? – se burla.
Nada en el mundo podría mantenerla callada. Uso mi mano para cubrir la sonrisa que se abre en mi rostro.
– Hola, soy Martina, pero todos me dicen Tini– Sonríe y me mira como si fuera algo extraño y fascinante.
–Lo sé tenemos clases de química juntos –digo un poco molesto.
Inclina la cabeza, confundida. Después de un minuto, sus ojos parpadean al darse cuenta y me burlo en voz baja, alejándome de ella. He tenido una clase con ella todos los años desde que éramos estudiantes de primer año, y aunque puedo contar las veces donde hablamos con solo una mano, no puedo creer que ella ni siquiera me reconoce.
No debería haber esperado menos de la reina del baile.
– Lo entiendo –murmuro inmaduramente – Molestarte con los que están por debajo de ti debe ser agotador.
– No es así – dijo ella con voz irritada.
De repente, suena el timbre y empiezo a recoger mis cosas rápidamente.
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Tú eres mi destino ◇ sebastini
RomanceElla solo piensa en las fiestas y su popularidad, mientras que él se dedica a sus calificaciones y a su graduación... ¿Es posible que dos personas completamente diferentes se enamoren y pueden crear su propia historia de amor ? Lee esta novela para...