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Bella's pov:

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Bella's pov:

Después de todo lo ocurrido debía de haber pensado q todo era un camino de rosas. En cambio, yo sabía lo que los cambios recientes de mi vida podían conllevar y a pesar de la perfección me dejé llevar hacia todas las posibilidades.

Tal vez por eso no perdí la cordura cuando ocurrió.

Era una tarde de sábado. Mis amigas y yo habíamos salido a dar una vuelta cuando nos percatamos de que el evento de los jugadores de fútbol del Barça se realizaba en ese momento.

Hacia días que no hablaba con Marc debido a los exámenes trimestrales pero tampoco me había preocupado demasiado ya que habíamos consolidado las cosas entre nosotros y solo faltaba oficializarlo.

Qué lástima.

Nos acercamos al alfombra por donde pasaban los futbolistas. Todo eran gritos femeninos, risas, aficiones masculinas.

Trate de vislumbrarlo pero había demasiada gente. Nos acercamos a la valla y por fin distinguimos los uniformes rojos y azules que tanto significaban.

Hasta que lo vi.

Frente a mí a unos cuantos metros de distancia, tenía a Marc Bernal. Ese chico que hacía días me había prometido que oficializaríamos todo para poder deshacernos de las malas palabras a pesar del poco tiempo transcurrido.

Ese que me había susurrado al oído lo mucho que me apreciaba y quería tenía un brazo por la espalda de una chica hasta llegar con la mano a su cintura. Sus labios estaban besando su mejilla mientras posaba para las miles de cámaras que lo rodeaban.

Notaba la tensión en su rostro, aunque las preguntas iban de un extremo a otro. Cuando me localizó, observo mi rostro pálido y su mirada transmitía toda la culpabilidad que sentía.

¿Pero porqué?

Ni siquiera sabía de la existencia de ese evento. Leves arcadas acudieron a mi boca por lo que no me preocupe de si seguía mirándome. Mis amigas me siguieron y horas después no podía tener los ojos más irritados.

— Vamos a cenar a algún sitio, amor — sugirió Mariah mientras acariciaba mi rostro y me ponía hielos en los ojos para bajar la hinchazón. Negué con la cabeza y Coral también se agachó frente a mi. Estábamos en un parque precioso donde pude desahogarme.

— Es un futbolista, tía, y un hombre — me guiñó un ojo para que me riera y esbocé una leve sonrisa

— No me raya tanto, tranquila — respondió mientras me frota un ojo — me desvele por el sueño que tenía — se rieron y Coral me puso una mano sobre la mía.

— Es hora de empezar con nuestro sueño — sentenció y Mariah y ella intercambiaron miradas. Fruncí el ceño y me hicieron levantar.

— Vas a cantar — suspiré entendiéndolo todo y señado a Coral — tú vas a actuar — ahora se señaló a ella — y vamos a convertirnos en la modelo, cantante y actriz más famosas de este puto planeta — esboze una sonrisa ladeada sin podérmelo creer y las tres agarramos nuestras manos — me oís?

— CUENTA CON ELLO — gritó Mariah agitándome y haciéndome reír por primera vez ese día. Estuvimos varios minutos hablando sobre el restaurante dejando de lado el tema cuando escuché como gritaban mi nombre. Al reconocer la voz y esos ojos en la lejanía que tanto en rogaban, pensé en que no podía dejar pasar el incumplimiento de una promesa tan importante en tan poco tiempo. Sin decir nada más, nos fuimos después de escuchar un golpe seco sobre un árbol.

 Sin decir nada más, nos fuimos después de escuchar un golpe seco sobre un árbol

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𝐩𝐫𝐨𝐦𝐢𝐬𝐞𝐬: marc bernal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora