𝑾𝒉𝒂𝒕 𝒊𝒇 𝒉𝒆'𝒔 𝒘𝒓𝒊𝒕𝒕𝒆𝒏 '𝒎𝒊𝒏𝒆' 𝒐𝒏 𝒎𝒚 𝒖𝒑𝒑𝒆𝒓 𝒕𝒉𝒊𝒈𝒉 𝒐𝒏𝒍𝒚 𝒊𝒏 𝒎𝒚 𝒎𝒊𝒏𝒅?
Dónde Genievve se pierde en sus escenarios imaginarios cada vez que cruza miradas con Spencer.
Ó
Dónde Spencer es incapaz de percibir aquel...
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Spencer estaba agotado física y mentalmente, necesitaba dormir por lo menos ocho horas y aunque era eso lo que él necesitaba, sabía a la perfección que gracias a su mente atormentada y a los expedientes dentro de su bolso que tal vez tendría el privilegio de dormir solo cuatro horas antes de volver al edificio de la BAU.
La noche se encontraba estrellada, el viento primaveral lograba que algunas hojas verdes cayeran a la acera y el silencio infernal era inusual para la ciudad. Caminó tres calles antes de llegar al edificio, saludando con un pequeño gesto al portero antes de subir los dos pisos en las escaleras encontrandose con distintas cartas de correspondencia en el suelo cuando abrió la puerta.
No quería prepararse de cenar, y agradecía que la cafetera aúnconservaba café para mínimo dos tazas que serían su compañía nocturna mientras se sentaba dentro de aquella cocina acogedora bajo la luz amarillenta.
Era como si su mente estuviese trabajando por si sola, él tenía aquel factor a su favor o al menos así lo creía constantemente: su mente trabajaba tan rápido que jamás le daba descanso y una tarea que tal vez tomaba cinco horas, él era capaz de terminarla en dos. Siempre había estado orgulloso de él, bueno, no.
La realidad era que estaba orgulloso de donde se encontraba en aquel momento, todo lo que había logrado tras años de burlas y sacrificios, tras cada caída y golpe, y todo su esfuerzo en ser alguien. Él necesitaba ser alguien, se lo repetía constantemente: cada vez que se miraba en el espejo, cada vez que iba a dormir, cada vez que veía a desconocidos en la calle, su mente le recordaba que él debía ser alguien.
Jamás había sido una persona que se destacará en sus habilidades sociales, siempre había sido bastante introvertido y tal vez comenzó a salir un poco más de su burbuja gracias a Derek, a la unidad en sí, pero todo se debía gracias a Derek. Y a pesar de que el moreno constantemente le daba consejos de cómo ligar con las mujeres, él siempre se quedaba con la teoría y jamás la práctica.
No le molestaba, al menos de eso se convencía. No le molestaba ver a JJ con Will y su hijo, o escuchar a Derek sobre sus citas casuales, o a Penelope coquetear con Kevin.
Intentaba convencerse de que todo se daba a su tiempo, pero cada noche cuando su mente comenzaba a trabajar con mayor intensidad y el insomnio se convertía en su mejor amigo, se encontraba vagando como un fantasma en penumbras gracias a que su factor positivo se convertia en su enemigo, y le hacia pensar que tal vez era todo una farsa.
Spencer se sentía una farsa, tenia veintisiete años y jamás había tenido una relación estable, mantenía el mismo trabajo de siempre del cual estaba orgulloso pero comenzaba a pensar que tal vez un día él ya no sería útil, comenzaba a pensar que tal vez sus amigos hablaban mal de él a sus espaldas y que jamás seria lo suficiente bueno. Comenzaba a creer que jamás sería alguien.