𝑨𝒑𝒓𝒆𝒏𝒅𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝑰𝒏𝒈𝒍𝒆́𝒔 | 𝑲𝒚𝒍𝒊𝒂

Capítulo 17

Kylie se despertó lentamente, sintiendo el calor del cuerpo de Malia abrazado al suyo. Ambas estaban entrelazadas bajo las sábanas, sus cuerpos desnudos aún acomodados tras la noche que habían compartido. El sonido insistente de unos pequeños golpes en la puerta la hizo abrir los ojos de golpe.

—¡Mamá! ¿Estás despierta? Quiero entrar— se escuchó la voz de Lily al otro lado de la puerta.

Kylie entró en pánico, mirando alrededor sin saber bien qué hacer.

—Ehm... Lily, cariño, ¿por qué no vas a cambiarte? Ahora vamos.—

—¿Por qué no puedo entrar? ¿Por qué está cerrada la puerta?— preguntó Lily con la curiosidad típica de una niña que no aceptaba respuestas fáciles.

Kylie, congelada en su lugar, no supo qué responder. Se quedó mirando a Malia, buscando ayuda desesperadamente. Malia, riendo por lo bajo ante la situación, tomó el control.

—Es que... tu mamá y yo estábamos nos quedamos dormidas Lily. Ve a cambiarte, que nosotras salimos en un momento, ¿esta bien?— respondió Malia con calma y dulzura.

Lily suspiró, aunque parecía aceptar la respuesta. —Está bien, pero no tarden.— Y se escucharon sus pasitos alejándose de la puerta.

Kylie se dejó caer hacia atrás en la cama, llevando las manos a la cara, muriéndose de vergüenza.

—¡¿Qué hubiera pasado si nos hubiera visto?!— dijo, su voz aún temblorosa.

Malia se rió suavemente y se acercó, dándole un suave beso en los labios.

—Tranquila, no pasó nada. Además, hemos tenido suerte de que la puerta tiene seguro.

—Pero pudo no haberlo tenido— dijo Kylie, aunque el beso claramente la había relajado un poco. Malia le sonrió, y Kylie no pudo evitar devolverle la sonrisa, aunque con cierto nerviosismo aún visible en sus ojos.

Después de un momento de silencio, Kylie miró debajo de las sábanas, observando sus cuerpos desnudos.

—Bueno... no me quejo de esta vista, por lo menos— bromeó con un toque de malicia.

Malia se sonrojó al instante y lanzó una almohada hacia Kylie, quien la esquivó entre risas. —¡Kylie....!—

—Malia..— respondió Kylie mientras Malia se levantaba de la cama, cubriéndose con las sábanas mientras se dirigía al baño.

Kylie la siguió con la mirada, observando cómo su cuerpo se movía hasta que Malia desapareció tras la puerta del baño. Con una sonrisa en los labios, Kylie se estiró en la cama, dejando escapar un suspiro de satisfacción antes de pensar en lo que vendría a continuación con Lily.

—Definitivamente, necesito un buen café para procesar esto.—

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Malia salió del baño envuelta en una toalla, con el ceño fruncido, aunque su expresión no ocultaba del todo la diversión. Kylie, que estaba terminando de vestirse, se giró para verla y levantó una ceja, preguntándole con una sonrisa:

—¿Qué te pasa?

Malia se cruzó de brazos, apuntando con el dedo a su cuello.

—Esto. —Señaló unas marcas rojizas, claramente visibles—. ¿Te parece gracioso?

Kylie se acercó lentamente, con una sonrisa traviesa en los labios, mirando las marcas en el cuello de Malia con orgullo.

—¿Gracioso? No sé, anoche no te quejabas —dijo, pasando un brazo por la cintura de Malia y acercándola a ella para darle un beso.