Mientras seguían recorriendo el planetario, Kylie y Malia se detuvieron frente a una sección donde una proyección simulaba la Vía Láctea en todo su esplendor. Malia se inclinó hacia Kylie y, señalando un rincón del cielo proyectado, preguntó con una sonrisa:
—¿Sabías que, cuando era niña, también soñaba con ser astronauta?
Kylie arqueó una ceja, divertida.
—¿De verdad? No puedo imaginarte con un casco espacial, te verías muy adorable.
Malia se rió.
—Lo sé, tampoco habría sido mi mejor look. Pero me fascinaba la idea de viajar a lugares desconocidos. Aunque...—hizo una pausa, con una sonrisa nostálgica— me daba miedo pensar en qué pasaría si me perdía en el espacio. Una vez vi una película donde alguien flotaba sin rumbo, y desde entonces, mi sueño cambió, pero con los pies bien puestos en la Tierra.
Kylie la miró con ternura.
—Es interesante cómo los sueños cambian con el tiempo. Cuando era pequeña, quería ser bailarina.
—Bailas muy bien igualmente.
Kylie asintió.
—Sí, incluso tomé clases por un tiempo, pero no duró mucho. Mi mamá siempre me decía que tenía talento, pero yo era más del tipo que se metía en problemas por trepar árboles y nunca quedarse quieta.
Malia se rió, imaginándose a una joven Kylie, llena de energía y curiosidad.
—¿Alguna anécdota divertida de esa época?
Kylie se llevó una mano al mentón, fingiendo pensar profundamente.
—Bueno, una vez, intenté hacer un salto de ballet en la sala de mi casa y terminé rompiendo una lámpara. Mi mamá casi me mata, pero después se rio tanto que no pudo castigarme.
Ambas rieron juntas, el eco de sus risas llenando la sala vacía.
—¿Y tú?—preguntó Kylie, girándose hacia Malia— ¿Alguna travesura de la infancia?
Malia se ruborizó ligeramente.
—Oh, tengo muchas, pero creo que la más épica fue cuando intenté cocinarle el desayuno a mis padres un día de su aniversario. Quería hacerles panqueques, pero confundí la sal con el azúcar. Digamos que nunca olvidaron ese desayuno.
Kylie soltó una carcajada.
Se miraron durante un largo momento, compartiendo una conexión que parecía fortalecerse con cada palabra y cada recuerdo que compartían.
Finalmente, después de recorrer cada rincón del planetario y maravillarse con las estrellas y constelaciones, decidieron regresar a casa.
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El viaje de vuelta estuvo lleno de sonrisas y miradas cómplices. Al llegar a la casa de Kylie, ambas entraron con un aire de satisfacción y felicidad tras la cita. Kylie sacó su teléfono para revisar algunos mensajes y, al leer uno en particular, sonrió.
—Es mi mamá— dijo, mostrando la pantalla a Malia. —Dice que Lily se queda a dormir con ella esta noche.
Malia arqueó una ceja, sonriendo de manera traviesa.
—¿Así que tenemos la casa sola, eh?
Kylie se rió, ya anticipando la dirección que tomaría la conversación.
—Eso parece. ¿Tienes algo planeado?
Malia se acercó lentamente, con una sonrisa coqueta.
—Quizá. Una que otra idea.
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𝑨𝒑𝒓𝒆𝒏𝒅𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝑰𝒏𝒈𝒍𝒆́𝒔 | 𝑲𝒚𝒍𝒊𝒂
RomanceKylie Cantrall una madre soltera que necesita mejorar su pronunciación y vocabulario en inglés para conseguir un ascenso en su trabajo. Malia Baker una profesora particular de inglés, hermana del jefe de Kylie, que está dispuesta a ayudarla para me...