Habían transcurrido unos días desde el descubrimiento de la primera víctima del Carnicero de San Pedro. El pánico de muchos se empezó a notar mientras se discutía el suceso por todos los medios, sin embargo, con el pasar del tiempo el tema se fue diluyendo hasta que solo era de interés de quienes se encargaban de la investigación. Para el día 18 de septiembre Ricardo, quien se creyó era la víctima del asesinato recibió una llamada en la que se informaba que había sido permitido que reconozca el cadáver, asistiendo a la morgue en Ciudad Judicial de Heredia. Ahí, el joven influencer recibió una pequeña charla, explicándole el proceso para reconocer el cuerpo y la condición en que se encontraba. A continuación, Ricardo se vistió con un overol forense, lentes protectores y mascarilla, avanzando en compañía de una investigadora forense hasta la ubicación del cuerpo. La mujer abrió uno de los compartimentos del cuarto frio, deslizando la bandeja hacia afuera, mostrando el cuerpo encontrado en San Pedro. Las dos piezas que ahí se hallaban eran el torso y la cabeza, guardadas en bolsas separadas, de las cuales la investigadora abrió la más grande, donde estaba el torso. Tan pronto como el cuerpo estuvo expuesto el olor a podredumbre se hizo presente. Pese a encontrarse en refrigeración podía notarse como las bacterias que ya estaban presentes en la carne seguían con el proceso de descomposición, causando aquel fuerte olor junto al enverdecimiento de la piel. Entonces, el joven influencer estiró su mano hacia el frente con la intensión de tocarlo, como si una curiosidad sobrenatural se apoderase de su psique.
—Sin tocar por favor —interrumpió la forense.
—Ay, ya.
Ricardo retiró sus manos a los lados de su torso, inspeccionando el cuerpo con la mirada mientras respiraba lentamente. Su rostro se aproximaba más a más, como si quisiera volverse uno con este, mientras que la forense se sentía más confundida e incómoda. La atmosfera en el cuarto frio, aparte de la temperatura, se sentía pesada, como si algo le impidiera respirar con normalidad, encomendando sus acciones a dios mientras recordaba el reglamento para reconocimiento de cuerpos. La forense se sujetó a su escritorio que estaba a unos pasos de distancia, permitiendo que Ricardo se tomara su tiempo, considerando que a lo mejor él estaba aún más impactado con la escena de lo que pensaba.
—¿Puedo ver la cabeza?
La mujer dudó, por un momento, sintiendo como los oscuros ojos de Ricardo seguían sus movimientos con una atención inquietante. Sus manos temblorosas alcanzaron la bolsa oscura donde se encontraba la cabeza, abriendo el cierre y apartando la bolsa hacia los lados. Aquella persona que había perdido la cuenta de cuantos cuerpos pasaron por su mesa, de cuantas veces tuvo que pasar su bisturí por carne humana para recoger muestras e inspeccionar las heridas que habían causado la muerte de otros. Tanta experiencia parecía abandonar su cuerpo como si se le fuera el alma, batallando por no dejarse llevar por el pánico cuando Ricardo ignoró la orden anterior, acercando sus dos manos a la bolsa para retirar la cabeza de su sitio y girarla en todas direcciones como quien revisa una pieza de colección. Su tono de piel, al menos la poca piel sana que le quedaba era el mismo que Sapore, mientras que las quemaduras cubrían la zona del rostro, así como la base de la cabeza, que parecía haber sido removida con mucho menos cuidado que el resto de las extremidades. Sus labios estaban hinchados y las cuencas de sus ojos hundidas, ya que sus globos oculares también habían sido removidos y su cráneo se encontraba roto, faltando también el cerebro. Era el asesinato más exagerado y brutal que muchos de los miembros del levantamiento de cuerpo había tenido el horror de contemplar, pero aquel el joven que se reformó de las drogar para convertirse en una artista de los sabores no parecía verse afectado en lo más mínimo.
—¿Ser o no ser? —pronunció Rick con la cabeza en una de sus manos, referenciando una escena tantas veces referenciada—. No, no lo es.
—¿Q-qué? —la mujer apenas alcanzó a dejar salir una palabra, impactada por la actitud el influencer.
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Sapore
Mystery / ThrillerLa madre de Ricardo, conocido en redes sociales como Rick Sapore, recibe una visita de la policía una tarde cualquiera. La mujer, que conoce muy bien el historial de su hijo, permite que los oficiales ingresen, ignorante el motivo de su visita. Unos...