Mihawk nunca tuvo problemas para lidiar con sus sentimientos, es más, con solo ignorar el hecho con un buen vino era más que suficiente para pasar la página siguiente, sin embargo, un simple hecho puede cambiar varias cosas y su futura incorporación...
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── No es tu obligación ── Termino de decir Sengoku después de ver cómo el mejor espadachin del mundo firmaba su sentencia bajo sus ojos a pesar de que una parte de él decía que era lo correcto, que ahora tenía bajo su mando a uno de los piratas (ex pirata) bajo su mando ── Después de esto no hay retornó, Dracule.
── No se preocupe almirante de flota, se lo que estoy haciendo y dónde me estoy metiendo ── en la voz del espadachin no se notaba la alegría, solo una pequeña melancolía de renuncia a algo y ese algo no era exactamente su libertad, pero todo ese momento se rompió una vez que Garp rio en tu esplendor y dio golpecitos en la mesa.
── ¡Esto es motivo de festejo! ── demandó el vice-almirante y Sengoku ya podía sentir un dolor de cabeza estar a la vuelta de la esquina ante aquellas palabras de su amigo y subordinado ── ¡Al fin un mocoso que decide hacer lo correcto y no seguir aquel camino de la piratería!
Mihawk ni siquiera mostró reacción ante aquellas palabras si no a su futuro, sabía que con esto todos los piratas lo tacharían de perra de la marina, pero era algo natural, si la persona que más amaba y veneraba en este mundo le dijo hasta cosas que nunca pensó escuchar, ¿que era lo que el resto pensara?, realmente nada así que no tenía porque matarse pensado en aquello.
Solo dejo de ver a la nada para ver al almirante que estaba discutiendo con Garp de quién sabe que solo porque no importaba en aquel momento, pero podía apostar que no era nada bueno, sonriendo levemente desde aquella ruptura dejo que todo pasará y la discusión entre los dos hombres mayores continuará, porque no era el fin de su historia, solo un nuevo inicio que comenzaría con un nuevo título y una identidad distinta de él.
Y con un pestañeo de ojos todo cambio, ya no estaba en MarineFord, ya no estaba firmando un documento y estaba en quien sabe que parte del mar con sus hombres. Solo era la paz que su nueva posición le daba, ya no tenía el corazón roto y había pasado suficiente tiempo para saber que ya no era aquel hombre melancólico y solitario, era uno que tenía una tripulación de mierda que siempre le daba un dolor de cabeza.
Pero era feliz por mucho que algunos de los mocosos fueran lo suficientemente sensatos para desafiarlo y los termine lanzando por la borda, eran usuarios de una fruta del diablo así que su amenaza era real porque ya más de una vez empujó a uno a mar abierto o en otros casos tuvo que lanzarse al agua en prenda tormenta para salvar a uno, su nombre era Rosinante, el chico era muy torpe para su propio bien.
Sin embargo era feliz, ya no tenía esa presión en el pecho pensando, era libre y por mucho que lo trataban de perra y puta solo tenía que hacer un chasquido con los dedos y todos aquellos terminaban sin vida, a veces era difícil distraer los pensamientos de Lucci y su pequeña pandilla pero era el único niño que lo entendió en aquel barco que la marina le otorgó una vez que subió a rango de Vice-almirante.
