En el psiquiatrico más prestigioso y restringido de Konoha se encuentre Sasuke Uchiha, un asesino en série que a matado y torturado decenas de personas cruelmente. Sakura Haruno es una preciosa chica que ha tenido una vida demasiado difícil, después...
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La pared era inusualmente blanca.
Más blanca de lo habitual. La mayoría de la gente cree que las paredes blancas son realmente blancas pero en realidad no es así, siempre están mezcladas con algunos tonos de amarillo. Está en cambio, no tenía tonos amarillos, era verdaderamente blanca y eso me hizo comprender que estaba en la enfermería del psiquiatrico. Cuando mis ojos se abrieron, el blanco de las paredes, el dolor en todo el cuerpo y el grito ensordecedor de mi amiga fueron lo único que me resivieron.
Y eso, de alguna triste manera, me hizo feliz.
—¡Oh Dios Sakura!—el grito de Karin me aturdió por unos segundos, posterior a ello, se abalanzó a mis brazos—Al fin despiertas, casi crei que no lo harías jamás, idiota. Estaba tan preocupada.
Trato de sonreír pero solo sale una mueca de dolor, ella se da cuenta de esto y se aparta. Tiene las mejllas empapadas de lágrimas.
Aprieta los labios y los puños en su regazo. Lleva el pijama de dormir, lo que me hace entender qué no ha salido de nuestra habitación.
—¿Porque lo hiciste?.
Parpadeó consternada.
—¿Hacer que?.
—¿Por qué te lánzaste del cuarto piso?—solloza, tiene la cabeza baja—¿Por qué querías acabar con tu vida de una manera tan miserable?.
Mi mente se queda en blanco, tengo la garganta seca y mi cerebro trata de encajar las palabras una tras otras, no recodaba nada con claridad, nada, salvó el calido aliento contra mi cuello, el horrible dolor en el pecho y aquella frase que como si todo fuera un juego cruel se repite un y otra vez haciendo eco en mi cabeza.
—Salta, solo los valientes entrarán al reino de los cielos.
—Yo no lo hice—las palabras se abren paso desde mi garganta—Yo no lanze del cuarto piso, Karin.
Ella frunce el ceño con profundidad y me observa expectante.
—¿De que hablas?—me dice—Varias personas te vieron saltar, estabas sola no había nadie más aparte de ti.
Ella sigue observandome confundida.
—Dios, Karin lo juro, no estaba sola arriba había alguien más y ese alguien fue quien me empujó yo...—le explico pero mi mente repara por un momento en lo que acaba de mencionar —Espera ¿Dices que me vieron varias personas?.
Asiente y me observa con pena. Tiene que estar bromeando.
—Si, varias chicas que pasaban por ahí lo vieron todo, incluso trataron de detenerte pero toda paso muy rápido.
Dios mío, esto no podia estar pasando. Desde que llegué no le he agradado a mucha gente, incluso puedo decir que me detestaban sin ni siquiera hablarme, porque a pesar de que todos estábamos aquí por algún trastorno mental o accidente postraumático, yo era la chica que vio como asesinaban a su familia a sangre fría y no recordaba el rostro de quien lo hizo aún viendolo todo. Karin era mi única amiga aquí.