capitulo 10

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Rey se acercó a la sala de ensayos, donde encontró a Mar afinando su guitarra. Estaba nervioso, con las palabras de Unica todavía resonando en su cabeza, pero sabía que tenía que aclarar las cosas.

—Mar, ¿podemos hablar? —dijo, rascándose la nuca.

Mar levantó la vista, sorprendida de verlo tan serio.

—Claro, ¿pasa algo? —preguntó ella.

Rey tomó aire, tratando de ser lo más directo posible.

—Escuché algo raro... Unica me dijo que hay rumores de que... no estás acá solo por el concurso, que querés acercarte a mí para ganar puntos o algo así. No sé, me sonó raro, pero quería preguntártelo directamente —dijo, intentando sonar calmado, pero su tono tenía una pizca de duda.

El rostro de Mar cambió al instante. Frunció el ceño y su mirada se endureció.

—¿De verdad me estás preguntando eso? —respondió, con un tono afilado que Rey no esperaba.

—No, o sea... es que no quiero pensar mal, pero quería saber qué me decías vos —intentó explicar Rey, sintiéndose cada vez más incómodo.

Mar se levantó, claramente molesta.

—¿Estás desconfiando de mí? ¿De verdad pensás que estoy acá solo para acercarme a vos y ganar el concurso? —dijo, cruzándose de brazos y mirando a Rey como si no pudiera creer lo que oía.

Rey la miró, confuso. Su reacción fuerte le generó más dudas, aunque no quería admitirlo.

—No, no es eso, pero me sorprende que te pongas así... No quiero pelear, solo quería saber... —dijo Rey, nervioso.

—Claro, ahora yo soy la mala por enojarme. ¿Sabés qué? Si tanto desconfías de mí, si realmente creés lo que te dijo Unica, ¿por qué no vas y le preguntás a ella? ¡Andá, corre con Unica! —exclamó Mar, visiblemente herida y furiosa, empujando la guitarra a un lado.

Rey la miró con los ojos entrecerrados, empezando a dudar más por la intensidad de su reacción.

—¿Por qué te enojás tanto? Solo te hice una pregunta... No tiene sentido que te pongas así si no tenés nada que ocultar —replicó él, con una mezcla de sorpresa y sospecha.

Mar lo miró, incrédula, y negó con la cabeza.

—¿Sabés qué, Rey? No tengo por qué explicarte nada. Si vas a creer cualquier cosa que te dicen, entonces no vale la pena seguir hablando —dijo ella, dando un paso hacia la puerta, lista para irse.

Rey suspiró, cada vez más confundido. No quería pelear con Mar, pero tampoco podía ignorar la sensación incómoda que se le había instalado.

—Mar, esperá... No es eso lo que quise decir —intentó calmarla, pero ella ya estaba decidida.

—Nos vemos en el escenario, Rey. Espero que te quede claro que estoy acá porque me lo gané, no por vos —dijo ella, antes de salir de la sala sin darle oportunidad de responder.

Rey se quedó allí, en silencio, con el eco de las palabras de Mar resonando en su mente. Sus sospechas no desaparecían, y ahora, con su reacción, parecía que había más detrás de todo esto.

Mar salió de la sala, aún furiosa, sin mirar atrás. Pero justo cuando estaba por cruzar la puerta, escuchó la voz de Rey elevándose detrás de ella.

—¡Sí, andate! Al final Unica tenía razón —le gritó Rey, lleno de frustración.

Mar se detuvo en seco al escuchar esas palabras, pero no se dio vuelta. Sintió el peso de la acusación y la tristeza golpeando su pecho, pero respiró hondo, decidida a no darle el gusto de ver cuánto le dolía. Sin decir nada, continuó caminando, dejando que el eco de los pasos de Rey quedara atrás.

Marrey 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora