Sangre Blanca, Flores Rojas // Soukoku

Pesadillas y Pensamientos, Demasiados pensamientos

—Algo me tiene intranquilo—. Respondió el pelirrojo cuando Mary le preguntó si todo estaba bien—.

—Puedes contarme lo que sea que te atormente, solo confía en mi—. Dijo amablemente—.

Chuuya se tomó un momento antes de empezar a relatar los sueños que lleva días teniendo.

—Llevo días soñando que estoy junto a alguien en una sala de hospital, tomando su mano mientras dan un diagnóstico. No recuerdo qué diagnostico pero recuerdo que era peligroso—. Murmuró temiendo que él padezca algo—.

—Puedo acompañarte a hacerte examenes generales, pero.. ¿No has sentido nada raro?— preguntó, a lo que el pelirrojo negó con la cabeza luego de pensar un momento—. Bueno, de todas formas vamos para que te quedes tranquilo, ¿si, cariño?—.

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El tenso ambiente en la sala de hospital mientras traían los resultados de Chuuya era notable, Chuuya movía su pie con ansiedad y la chica trataba de calmarlo.

Llegó el médico con los resultados y toda ansiedad se disipó. Todo aparentaba estar bien y Mary lo besó para alegrarlo. Chuuya en su momento estaba feliz de que todo estuviera bien, pero esa noche no logró dormir por tantas preguntas.

La soledad en su cuarto lo hacía sobrepensar sobre todo, empezando por el día en que se encontró con Dazai de la heladería y no fue a molestarlo, siguiendo en por qué su mente lo chantajeaba así.

Se levantó de su cama para ir a verse al espejo y sus pensamientos se dirigieron a su cuerpo, en los resultados decía que pesaba 60 kilos, y aunque Mary lo trató de calmar insistiendo en que es por su musculatura definida y no por obesidad, Chuuya no podía evitar sentirse mal con su.cuerpo. No sentía que era feo, sabía que era atractivo... Pero... Si... Él se entiende....

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—Lindo verte, Chuuya. Hasta tu sombrero ha crecido más que tú!— Dicho esto, el castaño se ganó una patada por detrás de las rodillas por parte del ejecutivo con sombrero—. ¡Ay, ay! Sigues igual de gruñón—.

—Y tú igual de idiota—. Dijo rodando los ojos antes de detener su caminar para mirar al enemigo—.

—¿De ese nos tenemos que encargar?—Dijo Dazai recomponiéndose de la patada y yendo al lado de Chuuya—.

—"Nos" para ti significa yo. Siempre acabo haciendo todo el trabajo, maldita momia—. Bufó el pelirrojo—.

—¡Para eso está mi cerebro de pura inteligencia! Yo hago el plan— Respondió con tono estúpido y exagerado antes de quitarle el sombrero a Chuuya—. Quizás esto altera tu inteligencia, y por su peso de paso te deja enano—.

....

Si, le llegó otra patada pero esta vez en la espalda, dejándolo tirado en el piso.

Hicieron el plan y una vez revisaron cualquier punto de error, Chuuya fue al ataque con corrupción. Cuando acabó, destrozó un par de árboles porque Dazai no lograba alcanzarlo con la fatiga que sentía en el cuerpo y tardó un poco más en anular el poder de Chuuya.

Ambos acabaron tirados en el pasto, con la mano de Dazai un tiempo más de lo necesario en el hombro de Chuuya, antes de levantarse y ordenar la ropa de Chuuya a un lado e irse, dejando debajo del sombrero de Chuuya su nuevo número de teléfono, que Chuuya arrugó y guardó en su bolsillo al día siguiente.

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—Dazai-san, ¿todo bien en su misión? Está más alegre aunque algo pálido.

—¡Yep! Todo de maravilla—. Dijo con una sonrisa recordando la cara de Chuuya dormido luego de corrupción—.

—¡Dazai! ¡Deja de mirar la nada como imbécil y trabaja!— Gritó Kunikida dejando más papeleo en el escritorio de Dazai—.

—Ah... ¡Qué cansancio! ¡¡Kunikida-kun!! De hecho tengo cosas super importantes que hacer, yo ya me hi-..—. No alcanzó a huir porque Kunikida lo devolvió a su asiento y aunque luego de unas horas todos ya se habían ido, lo obligó a quedarse y acabar—.

ᯓ★
Próximamente la mitad se va a identificar
con Chuuya, los voy a hacer sufrir.
S

iguiente cap listo!