El peso de vivir

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Ya llevaba un buen rato mirándose al espejo con cara de disgusto.
Estaba semi-desnudo, solo en boxers y con el cabello suelto.

—¿Soy realmente atractivo?— Se preguntó a si mismo sin dejar de ver su reflejo en el espejo. La pregunta resonó en el aire y se esfumó, nadie le contestaría solo en su casa—. Quizás debería adelgazar o hacer un poco más de ejercicio... Dios.... Comí mucho hoy... Peso lo que peso porque no cierro el pico, maldita sea... —. Se tronaba los dedos con ansiedad y sin pensarlo mucho fue al baño, abrió la tapa del WC y respiró profundo—. Maldita sea... No quiero tener que hacer esto, pero la culpa me dará insomnio si no lo hago. Sé que soy atractivo, quizás.. Pero... jamás lograré ser como los hombres de la televisión si no me esfuerzo.

...

El timbre en la puerta se escuchó en todo el lujoso departamento, Chuuya suspiró y se puso una bata para ver quién lo interrumpía. Para su sorpresa cuando llegó a la sala de estar Dazai ya estaba en su sillón con un gran tarro de palomitas en mano y eligiendo una película.

—Te tardaste demasiado, con una pinza abrí tu puerta más rápido—. Dijo relajado como si fuera normal irrumpir en casa ajena—.

—¡¿Qué diablos haces aquí, maldita momia?!— Gritó el pelirrojo al castaño—.

—Vengo a matarte—. Dijo sarcástico—. Creo que es obvio que vengo a ver una película contigo, tu tienes esta app pagada para ver las películas sin ir al cine. Ven, traje palomitas como te gustan—.

—¡Vete de mi casa! No puedes entrar de la nada, imbécil—. Ya era tarde, Dazai ya puso la película y buscó una manta para envolverse junto a Chuuya—. No, no lo haré. Fuera—.

Dazai puso una cara de perrito callejero y Chuuya gruñó antes de sentarse a su lado y taparse con la manta—¡Yeii! Gracias, Chibi—.

—Me llamas así otra vez y de una patada te envío a tu casa—.

Durante la película, Dazai comía las palomitas con normalidad, mientras que Chuuya parecía dudar al sacar una.

—Come, te juro que no las envenené—Dijo desviando su vista de la película al pelirrojo—.

—No tengo hambre...—. Mintió tratando de no mirar las palomitas de su sabor favorito—.

—¿Otra vez volviste a tus estupideces de la adolescencia?— Dijo mirando a Chuuya con mirada despreocupada y bromista que ocultaba su verdadera preocupación por el pelirrojo—. ¿Hiciste esa payasada de nuevo?—.

—Me interrumpiste...—.

—No me arrepiento, tenía un mal presentimiento—.

—¡Deja de predecir el maldito futuro!— Gruñó el pelirrojo.

—¡¿Cómo quieres que deje de hacerlo si no puedes ni cuidarte solo con 22 años?!—.

—¡Por eso mismo, ya soy un adulto y yo decido qué mierda hago con mi vida!—.

Hubo un silencio en el cuarto, ninguno miraba al otro. Una vecina gritando por silencio los hizo callar.

—¿..A qué hora debes ir a trabajar mañana..?— Preguntó el castaño—.

—A las 5 de la mañana debo estar allá, ¿por qué lo preguntas?—Murmuró el pelirrojo—.

—Te aviso que me quedo esta noche, ¡traje mi pijama!—Dijo con cara dramáticamente divertida sacando un pijama de unicornio—.  ¡Es rosita!

—¡Eres una momia infantil!—.

—Y aún así besabas a esta momia infantil—. Se cayó en el acto cuando un pie fuerte pisó el suyo— ¡Ay, ay, ay!—Se quejó—.

—Idiota.. ¿Te mando a tu casa de una patada o te quedas?— Preguntó ya más calmado—.

—Me quedo a cuidarte, Chibi—Respondió quitándose su gabardina y colgándola—.

—¿Cuidarme de qué? No seas idiota—. Dijo mientras buscaba mantas para que Dazai duerma en el sofá—.

—¡¿Dormiré aquí solito, triste y abandonado?!— Exclamó el castaño con drama—. ¡Pensé que dormiría contigo!!

—Sigue soñando—. Dijo el.pelirrojo—.

Chuuya dejó las mantas para Dazai y fue hasta su cuarto, apagó la luz, se puso pijama, se acostó en su gran cama y cuando estaba por hacerlo sintió un cuerpo y saltó de miedo a encender las luces. Si, era Dazai.

—¡¿Qué diablos haces aquí?!! ¡¡Te dije que duermas en el sofá!!—Gruñó el pelirrojo parado frente a la cama, esperando que Dazai se quite—.

—Dijiste que siga soñando, así que mis sueños siguen y vine—. Dijo con una sonrisa tonta, moviéndose para hacerle espacio a Chuuya—. No te voy a tocar, lo juro—.

—Más te vale, maldita momia. No duermas con los vendajes, quítatelos, idiota—.

—Voy, voy—. Rió Dazai antes de empezar a desenvolver sus brazos y torso vendados—.

Holiu, espero que aún les guste la historia y la lean.
Trataré de actualizar más seguido, pero por favor voten,
me hace saber que si la leen 😺.
Disfruten de esta historia, xauu.

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⏰ Última actualización: Oct 29 ⏰

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Sangre Blanca, Flores Rojas // SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora