Dos meses después.
Miré el reloj por tercera vez en los últimos cinco minutos. Parecía que la reunión no iba a terminar nunca. El dispensario de alimentos pidió a la iglesia que organizara un acto de recaudación de fondos y recogida de alimentos para ellos, y nosotros estábamos en plena planificación, lo que significaba asistir a un montón de largas reuniones y entablar conversaciones triviales con la gente. Normalmente, no me importaban esas cosas. Toda mi congregación me admiraba, y pasar tiempo entre ese tipo de admiración me producía una sensación embriagadora. Pero hoy, estaba ansiosa por terminar esta reunión y sacar a esta gente de mi iglesia. No quería perderme el espectáculo. Por fin, el jefe del comité de organización da por terminada la reunión y todos se levantan. Mantuve la sonrisa mientras los seis miembros del comité se ponían las chaquetas y se dirigían a la puerta, charlando como si no tuvieran nada mejor que hacer. Quizá ellos no, pero yo sí.
En cuanto saqué por fin al último de la puerta, la cerré y me apresuré a ir a mi despacho, agradecido de que no fuéramos una de esas iglesias con política de puertas abiertas. Justo cuando llegué a mi destino, mi teléfono recibió un mensaje de texto. Era Jennie, que me informaba de que el coro de la iglesia lo había hecho muy bien en el concurso de canto al que asistían. Estaba a unas dos horas de distancia, así que se fue temprano esta mañana y no volvería hasta dentro de dos días. Llevaba semanas deseando que se fuera. Por fin podría hacer lo que quisiera en mi casa sin tener que andar a escondidas. Aunque, podía admitir que había algo de diversión en ocultar todo lo que follaba. Detrás de mi escritorio, abrí el portátil e introduje la contraseña. Al abrir las imágenes de vigilancia de la casa, vi inmediatamente lo que estaba buscando. La cámara del dormitorio de Tae lo mostraba sentado en una silla desnudo mientras Lili lo montaba de espaldas a él.
Era una chica tan buena y atenta. Había elegido esa postura expresamente para mí, para que yo pudiera ver cómo le rebotaban los pechos y se le retorcía la cara de placer cuando se corría. Es más, ambos miraban fijamente a la cámara con idénticas sonrisas en sus rostros. Saqué mi pene y me acaricié mientras miraba. Realmente tenía los mejores hijos, y se los demostraría más tarde esta noche.
Ufff una historia algo perturbadora, dude en subirla por todo el tema, pero e leído peores, solo espero que no la bajen jaja.....

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SIN
Fiksi PenggemarRecemos.... Las últimas palabras que salieron de mis labios antes de que mi madre me metiera su pene palpitante hasta la garganta. Dijo que era necesario. La única forma de arrepentirme de mis pecados. La única manera de recorrer el camino para gana...