☆○o。⛥ LILITH 。o○☆
Me ajusté el collar de mi vestido de seda mientras entraba en el restaurante. Frente a mí el viejo se encontraba sonriéndome desde la mesa, acompañado por una mujer alta, de cabello rubio y ojos azules, junto a ello el arquitecto, un hombre medio bajo de contextura normal y con lentes gruesos.
Camine junto a Guss hasta la mesa en el centro del salón, lo suficientemente amplia para dar espacio entre cada asiento.
— Buonasera (buena noche) un gusto conocerla señorita — extendió su mano hacia la mujer frente a él.
— Buenas noches, me halaga — su sonrisa fue un tanto sutil — soy la señora Zoe de Laurent.
— ¿Ya es usted casada?
— Así es.
— Qué lástima — la picardía en su sonrisa me confundió por completo.
— Señorita Ivanov — el hombre de anteojos se acercó con su mano tendida hacia mí — que gusto por fin conocerla — lo observe por varios segundos sin intensión de tomar su mano.
— Mucho gusto, soy Guss Leroy — se interpuso entre nosotros tomando su mano con fuerza — que bueno conocerle al fin.
La vista de la mujer quedo fija en mi por varios segundos, nuestras miradas no se apartaron en ningún momento, su expresión era algo relajada, tal vez amigable.
— Mucho gusto — extendió su mano hacia mí — Mi padre me ha hablado de usted, es un placer conocerla al fin señorita...
— Lilith... — dude por un par de segundos en estrechar su mano — Mi nombre es Lilith Ivanov — tome su mano suavemente por no más de dos segundos, la simple sensación del contacto me incomodo por completo.
En realidad, las formalidades no se me daban en absoluto, Guss solía encargarse de las reuniones con los socios y demás, pero esta noche seria la excepción.
Siete años atrás Guss y yo tuvimos la idea de construir nuestro propio hotel, tal vez en ese entonces lo veíamos simplemente como un sueño inalcanzable, algo que dos simples adolecentes serían incapaces de lograr.
Aquel sueño que vimos tan lejano hace muchos años, hoy estaba frente a nosotros sobre una mesa en uno de los mejores restaurantes de todos los ángeles.
Las primeras horas fue simplemente irritante, el pésimo sentido del humor del ansiado me irritaba y la mirada fija de aquella mujer sobre mí no me permitía estar tranquila. La cena transcurrió entre pésimos chistes y risas fingidas de Guss y el arquitecto, en aquel momento tan solo desee estar en mi cama, tal vez viendo una película o en el balcón con una botella de vodka y alguna pieza de vivaldi o quizá de Bach, mis ojos se sentían agotados y mi cuerpo pesado, tan solo imaginar lo relajante que sería tomar una ducha caliente...
— Señorita Ivanov... — *¿Eh? * abrí los ojos de golpe saliendo de aquel trance en el que me encontraba-
— ¿si, dígame?
— ¿Qué le parece si le damos un vistazo a los planos? — *Por fin...*
— Claro.
El hombre levanto su maletín posándolo sobre la superficie de la mesa, de su interior saco varios pergaminos perfectamente doblados, desdoblando uno por uno, observaba más que maravillada los diseños hotel eran simplemente perfectos, sería un edificio que contaría con 25 plantas, contaría con tres terrazas de lujo, habitaciones VIP y habitaciones comunes, cada línea, cada ángulo y cada trazo estaba en la posición perfecta.
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HERMOSA TENTACIÓN
De TodoEn las sombras de la ciudad una figura enigmática controla los hilos del poder. Lilith una mujer de negocios respetada y temida. Su corazón es de hielo y su mente un laberinto que nadie ha podido descifrar, esconde un secreto y un pasado que la ator...