EL CORAZÓN DORMIDO

EL VIAJE

Llegué al instituto a la hora de siempre, las clases fueron normales y la hora de la comida también. En el intercambio de clases decidí que justo cuando llegara a casa haría la maleta para un par o trs de semanas y cogería el primer vuelo hacia París, tenía mucha curiosidad y a la vez miedo por saber que había sido de James, mi mejor amigo de la infancia, sólo hace dos años que no nos vemos pero, estoy segura que, aunque hablemos de todo por el WhatsApp tendremos muchas cosas que contarnos, sobretodo yo, tengo muchísimas ganas de verlo.
Cuando llegué a casa estaba mi hermano de 18 años, le conté que me iba air a París durante un tiempo para ver a James, él solo me pueso una condicion, que no me quedara allí para siempre, según él para no echarme de menos, pero yo se que es porque no se ve capaz de encender la lavadora ni de cocinar.
A las 5 en punto llegué al aeropuerto del prat, y el primer avión salía en una hora, decidí esperarme, aproveché para leer una guía sobre París, y en eso me acordé que le debía enviar un mensaje a Camila, para decirle que me viniera recoger al aeropuerto. Camila acceptó encantada y cuando bajé del avión ya la veía saludarme desde la pasarela. Parecía una chica bastante maja.
Me hizo subir a una moto y condujo con mucha precaución por las callejuelas de parís justo hasta llegar a un edificio delante mismo de la gigantesca TORRE EIFIEL. Cuando entré en su casa observé por la ventana, desde ahí las vistas eran de lo mejor. Según Camila las mejores vistas de la torre Eifiel de todo París. Ella me explicó lo que había sucedido con James, era todo muy extraño. Me dijo que mañana se iria durante todo el dia a un convento a ayudar a señoras discapacitadas, que ya nos veriamos a la noche.
Camila, con toda la amabilidad de una chica francesa, me ofreció una habitación para que me alojara. La habitación era un poquito pequeña pero era bastante acogedora, almenos a mí me gustaba.