Cap. 2: La Familia Loud.

35 5 4
                                    

-"Por favor hermano, me harías un gran favor si me ayudaras con eso. Suspiro..."

Pedía una joven adolescente de alta estatura y pálida piel, vestía con un holgado vestido negro adornado con piezas de tela de encaje, en sus manos traía un tablero de ouija y algunas velas aromáticas de color morado. Extrañamente, su rostro no parecía apreciarse claramente, sus rasgos faciales eran bastante difusos, aunque su largo cabello negro igualmente parecía interponerse cubriendo parcialmente lo que podría ser su mirada... Esa figura... Por algún motivo resultaba un tanto familiar, y sobre todo aquella monótona voz... Aunque la petición que aquella joven realizaría no quedaría sin respuesta, y en aquel difuso escenario, que ahora se volvía cada vez más y más sólido, hizo acto de presencia una segunda figura.

-"Por supuesto, sabes que haría cualquier cosa por ayudarlas a todas ustedes chicas."

La voz de un chico, se escuchaba dulce y amable, pero sobre todo madura y acogedora. Un joven de alta estatura, un poco mayor que la chica pelinegra, vestía un pantalón azul y una sudadera naranja, se encontraba sentado en el suelo con sus piernas cruzadas mientras leía un libro, recostado a uno de los sofás del salón mientras sus hombros eran usados como banquillos para las piernas por otra persona sentada detrás de él. Aunque resultaba imposible distinguir algún aspecto facial en el rostro del muchacho, podía notarse por el porte que tenía que se trataba de un joven físicamente atractivo, por no hablar que su cabello blanco parecía emitir un brillo propio en aquel lugar que resultaba imposible no quedarse mirándolo y perderse en él... Extraño, aquel muchacho tenía el mismo cabello que ella misma, no conocía a muchas personas con tan inusual color de cabello, de hecho solo se le pudo venir a la mente de manera inevitable la imagen de su propio padre. ¿Dónde estaba? ¿Quién era ella misma? ¿Quién era su padre del quien no pudo evitar rememorar? Estaba muy confusa en esos momentos, pero solo pudo quedarse observando aquellas difusas imágenes, sorprendiéndose un poco cuando múltiples voces enternecidas se escucharon al mismo tiempo en aquel lugar.

Los delicados pies sobre los hombros del chico fueron retirados y múltiples manos parecieron rodearlo en un abrazo conjunto, eran tantas que parecían apachurrarlo y apretarlo tanto que se le hacía complicado respirar; sin embargo una tierna sonrisa surgió en aquel masculino rostro difuso, todo mientras correspondía aquel abrazo.

-"A veces desearía dividirme en pedazos para poder pasar más tiempo con cada una de ustedes chicas."

-"¡¡¡NO!!!"

Parecieron quejarse todas las voces al mismo tiempo mientras le apretaban ahora con un poco más de fuerza. Varias sonrisas pícaras y traviesas surgieron en aquel difuso lugar, algunas se acercaron y besaron el pálido cabello del muchacho, otras besaron sus mejillas, e incluso una pareció besarlo muy cerca de sus labios.

-"You are perfect little bro."

-"Jajaja. Creo que hablo por todas cuando digo que preferimos el paquete completo hermanito."

El ambiente se sentía tan agradable, todo era tan brillante y perfecto... Hasta que repentinamente todo pareció cambiar volviéndose más frío y oscuro. El lugar parecía ser el mismo, aunque las paredes lucían un poco más deterioradas y llenas de polvo. Y allí, en aquel lugar, se encontraba un pequeño niño de blancos cabellos que lucía bastante decaído, completamente solo, intentando tapar sus oídos con sus manitas mientras escuchaba las risas divertidas de otras niñas quienes parecían jugar y divertirse con sus padres en otro de los lugares de aquella casa... Era inevitable preguntarse sobre lo que sucedía.

Despertó repentinamente ante el estridente y molesto sonido del despertador. Lupa Loud abría sus ojos mostrando un evidente rostro de confusión a la par que estiraba perezosamente su mano para apagar el infernal aparato. Tras conseguirlo, se inclinó sobre su cama quedando sentada aun con la sábana cubriendo su cuerpo, por un instante sintió un leve mareo que le obligó a llevar sus manos a su rostro, sentía que había tenido un pesado sueño, uno que por algún motivo ni siquiera podía recordar en lo más mínimo, incluso aunque sentía que había sido bastante raro e inusual.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 03 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Siniestro PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora