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El crepúsculo caía sobre Hogwarts, tiñendo el cielo de dorados y púrpuras mientras las sombras comenzaban a alargarse en el antiguo castillo. Scorpius Malfoy, con la mirada perdida en el horizonte, se apoyaba en la barandilla del puente que conectaba la Torre de Astronomía con la Torre de Gryffindor. Las hojas secas caían a su alrededor, agitadas por una brisa fresca de otoño, pero su mente estaba atrapada en un torbellino de pensamientos más intensos que cualquier ráfaga.

Hacía semanas que no podía dejar de pensar en Albus Potter. Desde que habían llegado a Hogwarts, su amistad había sido un refugio seguro en medio de un mundo lleno de expectativas familiares y legados oscuros. Pero últimamente, había comenzado a sentirse diferente cuando estaba cerca de él. Más consciente de su risa, de la forma en que sus ojos verdes brillaban cuando discutían de Quidditch, de la cercanía que compartían. Scorpius lo sentía, pero no podía decirlo. No estaba seguro de lo que significaba, y mucho menos de cómo reaccionaría Albus.

– ¿Qué te preocupa, Scorpius?

La voz de Albus lo sacó de sus pensamientos. Giró para encontrarlo a su lado, con una expresión cálida pero curiosa. Como siempre, la presencia de Albus lo hacía sentir al mismo tiempo tranquilo y nervioso, una extraña combinación que lo desconcertaba.

– ¿Yo? Nada, solo... pensando en todo lo que ha estado ocurriendo últimamente.– Scorpius intentó sonar despreocupado, aunque por dentro sentía que estaba ocultando demasiado.

Albus arqueó una ceja.– ¿Todo? ¿Te refieres a los rumores sobre el Club de la Sombra?

Scorpius se tensó ligeramente al escuchar el nombre de aquel grupo. Había oído hablar de ellos en los últimos días, un misterioso grupo que buscaba sembrar discordia entre los estudiantes de Hogwarts, evocando antiguas rivalidades y tensiones familiares. Aunque no se lo había dicho a nadie, Scorpius sentía que esos rumores podían estar relacionados con él. Después de todo, el apellido Malfoy era un imán para cualquier facción que quisiera volver a las viejas costumbres de la magia oscura.

– Sí, he oído algo. – Respondió Scorpius, eligiendo cuidadosamente sus palabras. – Dicen que están reclutando gente, especialmente entre los estudiantes de Slytherin. Intentando dividirnos, como en los viejos tiempos.

Albus se cruzó de brazos, claramente preocupado.– Me preocupa lo que eso podría significar para nosotros. Para ti.

Scorpius lo miró, desconcertado.–¿Para mí? ¿Por qué yo?

Albus suspiró, acercándose un poco más, con el tono más suave.–Porque sé que algunos en Slytherin podrían ver en ti algo más que un amigo. Podrían intentar usarte, Scorpius. Y no quiero que te metas en problemas por algo que no tiene nada que ver contigo.

Scorpius sintió un calor inesperado en su pecho ante esas palabras. Sabía que Albus lo consideraba su amigo, su confidente. Pero había algo en la forma en que lo había dicho, algo que hacía que quisiera estar aún más cerca de él. Sin embargo, rápidamente se recordó a sí mismo que no podía pensar de esa manera. No con Albus.

–Gracias, Albus. Pero puedo manejarlo. No soy como... ellos.

–Lo sé.– Dijo Albus, sonriendo. –Nunca lo he dudado. Pero tienes que prometerme que, si algo va mal, vendrás a mí. No quiero que te enfrentes solo a esto.

Scorpius asintió, agradecido pero también confundido. ¿Acaso Albus se daba cuenta de lo que realmente estaba ocurriendo en su interior? Scorpius sabía que debía mantener su distancia emocional, no arriesgarse a dañar su amistad con Albus por algo que quizás él mismo no entendía del todo. Pero el creciente nudo en su pecho hacía difícil pensar con claridad.

– ¿Qué piensas hacer tú?– Preguntó Scorpius, intentando desviar la conversación.

Albus se encogió de hombros. "Quiero averiguar más sobre el Club de la Sombra. Si están intentando dividir a Hogwarts, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Debemos estar preparados."

La determinación en la voz de Albus era tan natural para él. Siempre listo para actuar, para defender lo que creía correcto. Scorpius admiraba eso, incluso en los momentos más tensos. Pero también temía lo que esa valentía significaría para ellos dos. Cuanto más investigaran, más se expondrían al peligro, y más difícil sería para Scorpius esconder lo que sentía.

– ¿Me ayudas?– Preguntó Albus de repente, su mirada directa y llena de confianza.

Scorpius sintió un cosquilleo recorrer su cuerpo. Sabía que no podía decir que no, pero también sabía que estar más cerca de Albus solo complicaría las cosas. Aun así, la idea de estar a su lado, enfrentando cualquier oscuridad que se avecinara, era demasiado tentadora.

–Claro–, respondió Scorpius, intentando no mostrar la emoción que lo embargaba. –Siempre.

Albus sonrió, una sonrisa que hizo que el corazón de Scorpius se acelerara. –Sabía que podía contar contigo.–

Con esa simple frase, Albus se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia el castillo, sin darse cuenta de lo que dejaba detrás. Scorpius lo observó alejarse, luchando con la creciente necesidad de confesar lo que realmente sentía. Pero sabía que no podía. No ahora. No con el Club de la Sombra acechando en las sombras de Hogwarts.

Las luces del castillo se encendieron lentamente mientras la noche caía por completo. Scorpius, aún apoyado en la barandilla, miró hacia el oscuro horizonte. Sabía que la tormenta se acercaba. Tanto la que traería el Club de la Sombra como la que se desataba en su interior. Las sombras de Hogwarts eran más profundas de lo que parecían, y en medio de ellas, se encontraba un amor prohibido, un desafío que ni siquiera la magia podía resolver.

Scorpius suspiró, sabiendo que el camino por delante sería difícil. Pero, por Albus, estaba dispuesto a enfrentarlo todo. Aunque, por ahora, debía mantener sus sentimientos en las sombras.

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⏰ Última actualización: Oct 24 ⏰

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Bajo las Sombras de Hogwarts: Un Amor Prohibido y el Desafío de la Oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora