El Sacrificio

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La voz de esa persona es como una amalgama de muchas. Graves y agudas. Molestaba tan sólo escucharla. Aterrorizaba en conjunto con la máscara, el kris y sus ropas negras.

—E-esto no era lo esperado —comenta Rick—. No debería de estar ocurriendo esto.

Me agarra de la mano, tira de mí y empieza a correr despavorido.

Desde que llegamos al hotel, había tenido una actitud un tanto indiferente. Ahora está muy asustado. ¿Qué ha cambiado?

Miro sobre mi hombro. Y veo que el desconocido no se mueve. Sino que se queda en el sitio y se empieza a reír. Segundos después, da un paso. A ese le sigue otro. Otro más y empieza a correr en nuestra persecución.

—¡Joder! ¡Rick, corre!

Él tira de mí. Me suelto de su agarre porque lo estoy retrasando. Así ganamos un poco más de velocidad mientras circundamos el enrejado que rodea el hotel.

No sé qué buscamos. Creo que tenemos la vacua esperanza de hallar una puerta abierta o algo que nos permita escalar y escapar de una vez por todas de este maldito lugar. Cuando vemos aparecer la cancela, por la que entramos con el coche, un espíritu de desánimo se posa sobre nosotros. ¡No hay forma de huir!

—¡Vamos al hotel! —exclama Rick y vuelve a tirar de mí para llevarnos a la entrada principal de doble hoja.

Cuando llegamos, tiramos del picaporte que cede y nos permite abrir la puerta. Miro atrás y en derredor tratando de ubicar a nuestro perseguidor, pero no lo veo. No perdemos ni un segundo más que nos introducimos en el amplio hall donde la montaña camina solícito a nosotros.

Damos unos cuantos pasos al costado nada más lo tenemos a un par de metros, creándonos una ruta de escape, si es necesario.

—¡Qué está pasando aquí! —exige Rick—. ¡Esto no era lo acordado! Un muerto y un asesino persiguiéndonos...

—Me temo que eso no estaba dentro del pack.

—¿De qué coño estáis hablando? —pregunto muy exaltada. ¿Qué estaba pactado?

Rick me mira con una disculpa en su cara, con los ojos húmedos.

—Como te conté, el concurso que gané era de género de terror y el regalo era una experiencia de película de terror. La compañía dueña del hotel y el promotor del concurso, consciente de su origen y de las leyendas que circulan de este caserío, prepararon un evento especial en Halloween y, se supone, que veríamos cosas extrañas, pero algo ha salido mal.

—¿Es en serio? —pregunto indignada. La idea no es mala, incluso me habría gustado en otras circunstancias. No obstante, aquí estamos jugándonos la puta vida—. Este tío se llevó el cadáver de esa chica del coche. ¡No puede ser más irregular todo!

—Pensaba que el cuerpo era parte del juego, señorita. Los empleados del hotel no sabemos cómo se desempeña al cien por cien, para que sea más real. Nada más lo cargué, me di cuenta de mi error.

—Habrás llamado a la policía, ¿no?

—Me temo que no hay línea fija, ni internet. Creo que debe de haber inhibidores de frecuencia porque he tratado de comunicarme por 5G y por móvil y no hubo manera.

Me esperaba esa respuesta. Ansiaba que me dijera que sí, que están de camino. Desconfiada como soy, saco mi móvil y veo que no tiene ni una barrita que confirme que tengo cobertura o datos. Está muerto. Aun así, me meto en Telegram y le mando un par de mensajes a Kay pidiéndole ayuda. No creo que pueda hacer nada. Estará por la Costa Oeste de nuestro país cerrando algún acuerdo o haciéndole seguimiento a la estrella de turno. O lo mismo está con Zarah, su novia influencer.

—¿Tenéis algún arma o algo?

—Sí, en la oficina del director...

Del pecho de la montaña brota la punta de la hoja ondulada de la daga del asesino. El recepcionista cae sobre sus rodillas. De su boca mana sangre oscura. Sus ojos están abiertos en una expresión de miedo e incertidumbre. El olor a sangre, junto al sudor y el perfume de este hombre se mezclan. Así es la muerte.

Tras la montaña surge el asesino quién lleva en su mano derecha una pistola automática —posiblemente la misma de la que él hablaba.

La detonación me sobresalta. A esa distancia la cabeza de la montaña sufre un violento golpe y su sangre y sesos me bañan. La adrenalina evita que chille de dolor cuando siento que de mi costado derecho brota sangre de una herida de bala.

—N-no puede ser...

Me llevo la mano al orificio taponando la herida.

El enmascarado saca el cargador lo tira a un lado, saca la bala de la recámara que tintinea en el suelo de cerámica que imita al mármol y desarma la pistola y tira sus partes a lados opuestos.

Recupera el kris. Y se abalanza sobre Rick, que lo esquiva a duras penas. Veo su mirada y me doy cuenta de lo que está planeando. Me encantaría poder decirle algo, pero el dolor en mi costado se está llevando todas mis fuerzas. Jamás me habían disparado de verdad.

I'll be back —amenaza el enmascarado y se marcha tras Rick.

—¡Rick! —exclamo.

No lo puedo creer. Si tuviera al asesino aquí, sería incapaz de moverme o defenderme. Estoy totalmente bloqueada. No entiendo qué ha pasado. Ni qué debo de hacer. Lo que sí sé es que Rick está en peligro y yo me estoy desangrando aquí.

Tengo que hacer algo. No sé el qué. ¡Mi vida depende de ello!

Como prometí en el primer capi, las cosas se iban a poner peor y lo han hecho

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Como prometí en el primer capi, las cosas se iban a poner peor y lo han hecho.

Obtenemos algunas respuestas a los sucesos anteriores, pero seguimos sin saber quién es el asesino y por qué quiere matarlos a todos.

Ahora bien, ¿qué le pasará a Rick? Se está jugando la vida por Thee, quien se retuerce de dolor por el balazo.

En el siguiente capítulo, ¡más y mejor!

Gracias por vuestra compañía y comentarios. =)

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