Un nuevo día.
Un ruido de campanas a las seis de la mañana hizo que se despierten, ese ruido les tapo los oídos por unos segundos. Este lugar es su hogar. Siempre lo fue. Tenían que levantarse a empezar el día con todo. Pero al llegar a la mesa en la planta baja de ese Orfanato, Margarita y Daysi se quedaron confundidas. Ahí había un montón de comida por lo que una pregunta surgió de sus pensamientos: «¿para quiénes eran esas comidas?». La respuesta no tardó en llegar.
—Esto es para ustedes —habló una voz a espaldas de ambas por lo que se miraron emocionadas—. Hoy nos visitarán quien va a adoptarlos, estén listos —anunció su tutora legal—. Desayunen bien.
Y se marchó.
—Day, yo creo que hoy es tu día.
—Ya sabes lo que pienso de eso, amiga —sonrió y se acercó a una de las mesas para tomar lo que llevaría a su cuarto. Margarita la siguió—. Además, si llegará a pasar, ¿qué pasará con nosotras?
—Vamos a seguir viéndonos —tajo decidida—. Te mereces encontrar a una familia.
—Vos también, Mar —concedió—. Los peques y todos nomas nos merecemos encontrar una familia que nos ame y que esté dispuesta a dar la vida por nosotros.
—Eso si, amiga —sonrió de acuerdo.
—Y yo también estaría contenta si te adoptan a vos.
—Yo estaría en un videoclip triste y de capa caída llorando por los rincones —dramatizo.
—Yo no estaría contenta pero estoy preparada para ese momento.
—Nunca nos vamos a separar —una lágrima deslizó su mejilla izquierda.
—Quizás llego el momento.
A las pocas horas, un matrimonio entró al Orfanato hablando con todos muy alegres. Habían traído regalos. Tenían muchas ganas de adoptar a alguien en particular y Daysi se dio cuenta ni bien los vio hablando con Margarita. Sabía que su amiga no se iría si ella no está de acuerdo pero esta vez tiene una corazonada. Margarita sonrió al hombre cuando sus nuevos padres le dijeron sus nombres. Se sintió en casa. Sin embargo, como supuso Daysi, no podía irse y dejarla sola.
—No puedo —miró a la mujer que se quedó confundida—. Y no es por ustedes, no piensen eso, se nota que lo que dicen es verdad pero no puedo dejar mi vida acá.
—Te entendemos, Margarita —comprendió el hombre—. Y no te podemos prometer que vendrás a verlos pero si querés te podemos dar unos días para que te despidas.
—¡Si! Eso sería increíble.
Daysi se acercó.
—Amiga, podemos hablar —pidió a lo que Margarita asintió—. Nosotros vamos a estar bien, podemos hablar todos los días por video llamada.
—No sería lo mismo —lagrimeo.
—Entonces, mira esto como una oportunidad.
—¿Oportunidad de qué? —cuestionó sin entender.
—Podes descubrir que paso con tus papás y con los míos.
—Of course, que buenísima idea.
—Gracias —la abrazo fuerte—. Siempre seremos las mejores amigas.
—Pinki promess —sellaron la promesa con un cruce de meñiques y volvieron a abrazarse.
Hola a todos!!Muchas gracias por seguir esta historia.
Les debo mil gracias.
A todos los que guardaron en su biblioteca o quienes me escribieron en los comentarios.
O a los que votaron.
También a quienes simplemente leyeron esta historia.
Los guardo en lo más profundo de mi corazón.
No se olviden de votar y comentar que les pareció.
Rachel♥️
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Con un poquito de amor
FanfictionEntre música y miles de sin sabores. Dos grandes amigas se disponen a buscar su felicidad y a su familia pero abra problemas en esa búsqueda. Margarita y Daysi son dos mejores amigas que buscan incansablemente la felicidad porque cuando vivis en un...