Matrimonio obligado.

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Narra Leonardo:

Hoy mi padre me habló sobre un matrimonio, entiendo lo que tiene que hacer y porque me obliga a hacerlo, de igual manera no tengo tiempo para amores. Mi hermano todavía es menor, así que tengo que ocupar esa responsabilidad.

-Su hija es.... Un poco... Irritante ¿no?-Dije con cierta molestia... Me recosté en el asiento.

-Disculpa... Ella por lo general es bastante... Amable, pero no se que le paso.-Dijo el señor Smith con un tono tranquilo.

-No me gusta su actitud, es prácticamente una niña señor Smith, no creo que sea apta para cumplir este trato.-Dije con un semblante serio.

-Ella es muy responsable, y bueno... Se que ella lo hará.-Dijo mientras guardaba algunos papeles en su escritorio.

Me recosté en la silla, saque mi teléfono y marque el numero de mi papá.

-Bueno? Ya hablé con el señor Smith... Y ya conocí... A su hija-Dije con cierta irritación.

-Listo, ¿se llevaron bien?-

-Ni un poco, creo que o ya la asusté o ya le caí mal.-hable aburrido.

-Leonardo, no se cómo vas a hacer, pero esa chica debe mínimo sentirse cómoda. ¿Ahora como la traeras a la casa?-Dijo mi padre con un toque de enojo en su voz.

-Ahi veo como hago, pero creeme de que se va conmigo, se va conmigo.-Dije para colgar.

-¿Como que se irá contigo? Yo no estaba enterado de esto.

-No se preocupe señor Smith la trataré bien, y se sentirá cómoda..
Pero necesito que se vaya a vivir conmigo en la mansión Giannoli para que nos acostumbremos a la presencia del otro.-Hable aburrido.

Esta chica me está causando problemas, no se cómo haré pero necesito llevarla a la mansión Giannoli.

-¿Donde queda el cuarto de su hija?-Dije mientras me levantaba arreglando mi uniforme.

-Suba las escaleras y una habitación que tiene el marco rosado metalizado, ahí. Disculpe pero para que necesita saber? ¿Por qué no mejor la llamo?-

- No se preocupe, será rápido, tengo que hablar con ella.-Dije caminando a la puerta.

-Bien, hasta luego joven leonardo.-

-Hasta luego señor Smith.-Hable saliendo de la habitación.

Camine por la mansión hasta llegar a el cuarto, tenía el marco un rosado, y algunos detalles en dorado, la puerta es hermosa, supongo que la habitación también.

Escucho risas y gritos, no quisiera interrumpir el momento pero lastimosamente necesito hablar con ella. Toque la puerta y las risas se detuvieron.

-¿Quien?-Dijo la chica.

-Yo.

-¿Quien es yo?

-Tu prometido.

Abrió la puerta de una y se veía enojada.

-Ni creeas que soy tu prometida porque quiero, y vuelve a llamarme así y juro que no-.- No la deje terminar cuando le puse mi índice en su boca indicando silencio.

-Vengo con ganas de "llevarme bien" contigo. No seas tan peleona y dejame hablar.-ella se hizo a un lado y salió un chico.

-entra.-Dijo mientras caminaba hacia su cama, entre y cerré la puerta detrás de mi y camine hacia ella.

-Mira, seremos marido y mujer pronto, y creeme que no quiero que estemos así... Incómodos.-Dije serio.

-No me disgusta la idea, pero me hablaste mal, y... No me gustó tu actitud.-Hablo mientras se acercaba a mi.

Un Peligroso Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora