El timbre de la puerta obligó a Lisa a que se levantara del sofá y pusiera en pausa la película que se encontraba viendo en aquel momento. Justo había pillado la maratón de Harry Potter cuando salió de darse una ducha, por suerte y para su favor, había pillado la primera película a mitad y ya iba por la segunda, sin embargo, tuvo que pausarla para ir a responder a quien sea que le tocaba el timbre a las tres de la tarde.
Del otro lado de la puerta, un pelinegro con vestimenta elegante, le sonrió con energía. Lisa le alzó la ceja, hasta que esté sacó de detrás, un ramo de rosas y una cajita de dulces. ¿Se habrá equivocado de departamento? Lisa lo miró sin entender, hasta que Jungkook carraspeó su garganta, dándole a entender de qué le prestará atención.
- Hola, Señorita Manoban -Jeon sonreía, se podía notar de aquí a la china de que estaba nervioso, sin embargo, a pesar de eso, hablaba seguro y era un punto a favor.
- Uh, hola -Lisa desvió su cabeza hacia un lado, como si fuera un cachorro, Jungkook le sonrió enternecido-. ¿Necesita algo?
¿Desde cuándo nos tratamos formalmente?
- Mm, honestamente no -el pelinegro movió sus pies, acercándose un poquito, Lisa ni se inmutó, esa acción le generó un escalofrío horrendo-. Pasé por aquí y recordé que hoy te mudaste por completo.
- Si -asentió sin entender a que iba.
- Quería traerle este obsequio, bienvenida. -estiró su mano y le dió el ramo de rosas, que traía a su costado la cajita de dulces. Lisa lo miró sin entender, luego, tomó las cosas porque la mirada de Jungkook habló por sí misma.
- Gracias... -sintió una punzada en el pecho.
Jungkook se rascó la nuca, luego, suspiró. Lisa desvió su vista hacia él, por primera vez desde esos cinco minutos que llevaban ya parados ahí, pudo tomarse el atrevimiento de mirarlo detenidamente. Llevaba puesta una remera negra, de esas básicas y, un pantalón negro con leves roturas. Se tomó el tiempo de analizarlo desde los pies a cabeza, lamentablemente, la bata de doctor no le permitía que ella viera lo que estaba observando en esos momentos.
- Está noche tendremos una reunión, es algo así como una cena entre los vecinos de los departamentos, ¿Le gustaría venir conmigo? -Jungkook rascaba su nuca con nerviosismo-. Es decir, con nosotros...
Lisa observó el tatuaje que se escondía por debajo de la muñeca de la camisa. No supo que responder, solo aguardó silencio mientras pensaba. Honestamente, Jungkook era la clase de hombre que no le gustaría tener en su vida, sin importar la etiqueta, le parecía una persona que buscaba llamar la atención y que tenía el complejo de grandeza. Sin embargo, algo muy en el fondo le pedía que aceptase, a veces, las oportunidades cambian los hechos y pensamientos ajenos.
- No es necesario que lo pienses aún -Jungkook bajó sus manos y las llevó a los bolsillos delanteros de su jean-. La cena es a las diez de la noche, si no quieres ir, lo sabré porque vendré a tocar el timbre y te veré vestida con ropa cómoda para andar en la casa -Jungkook le sonrió-. Nuevamente, bienvenida.
- Gracias -Lisa le sonrió, esta vez dejó ver su dentadura.
Jungkook tomó rumbo hacia su departamento, mientras caminaba de espaldas, luego, a metros, dió media vuelta y siguió caminando como una persona normal. Lisa se quedó mirando el ramo, luego, ingresó nuevamente al departamento. Emanaban un aroma muy dulce, la pelinegra buscó un florero y lo lleno con agua. Las flores, le dieron vida a la aburrida cocina de Lisa.
Cuando terminó con lo suyo, volvió a la sala y se sentó a seguir observando la televisión. Sonrió al observar que su mejor amiga le había mandado un mensaje, preguntándole que tal su nueva estadía en su nueva casa. A decir verdad, estar en el departamento hacía sentir a Lisa más segura, ya no tenía miedo de que le entrasen y que la alarma de seguridad no detectara movimientos raros. Sin embargo, aún seguía con el malestar de la ansiedad y cada tanto, sentía pánico. Aún no podía descubrir bien del porqué.
La tarde pasó volando. Ya había terminado de ver la última película de la saga y observó que el reloj marcaba las 7pm. ¿Sería una buena idea asistir y convivir con gente que no conocía?
Tenía que averiguarlo.
Tomó rumbo a la habitación y buscó algo de ropa, una blusa y unos jeans, seguidos de unas converse. Entró al baño y se duchó, sus duchas no eran de más de diez minutos así que estaba muy bien con el tiempo. Cuando salió del baño, se puso ropa cómoda, tenía una playera de Jennie, era inmensa, se la había pedido prestada una vez y nunca se la devolvió; solía usarla para dormir o para cuando no tenía ganas de buscar mucho en el placard. Está vez se quedó con la playera y su ropa interior.
- ¿Me maquillo? -se miró al espejo, consultó en voz alta y suspiró al sentirse incapaz de salir a algún lugar si no es con rímel y algo de rubor. Buscó lo mencionado anteriormente y empezó con su magia, después, se peinó, se hizo unas trencitas en su cabello y soltó su flequillo, hacia tiempo que no se hacía un peinado, últimamente dejaba su cabello suelto, sin accesorios.
Tomó algo de polvo compacto y se lo pasó por el rostro, frente, nariz, mejillas y parte de su cuello. Luego. Y por último. Se puso el labial. Le gustaba usar sus dedos para darle un toque más sutil al tinte, aparte, se le hacía tierno.
Aún faltaba para las diez, así que ya lista, se hizo unas honditas en su cabello con la buclera y luego, se puso unos accesorios. Collar, brazaletes y anillos. Buscó la ropa, la cual había dejado en su cama ya lista. Se cambió y se observó al espejo desde todos los ángulos posibles.
Y por primera vez en tanto tiempo, no se sintió tan fea.
El resto del tiempo lo pasó en la habitación, anotando y dibujando unas cosas para matar el tiempo. Cuando el timbre sonó, Lisa observó el reloj y se dió con que el tiempo le había pasado volando. Tomó su cartera y allí dentro puso su labial, rímel, celular, dinero y las llaves.
La sonrisa de Jungkook le generó un escalofrío inexplicable en la espalda. Hacia tiempo que alguien no la veía así.
- Hola, Manoban -el pelinegro seguía sonriendo-. ¿Estás lista?
La pelinegra asintió, cerrando la puerta tras su paso y poniéndole llave. Jungkook se tomó el atrevimiento de mirarla en lo que ella hacía lo suyo, luego, ambos caminaron hacia la salida, iban a bajar por el ascensor hacia el estacionamiento. La cena era frente el Río Han.
- Permítame decirle, con todo respeto, que usted señorita Manoban, se ve muy linda esta noche.
Lisa lo observó con un leve brillo en los ojos y sonrió por inercia. Aún no entendía el porque Jungkook le seguía hablando de esa manera. Pero le gustaba.

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Heal | jjkk ;; lsmn ¹
FanfictionCansada de llorar todas las noches a su costado y de no recibir lo mismo de la otra parte; Lisa decide darle fin a su relación tóxica, llevándose consigo también; un odio inmenso hacia los hombres. Pero una reunión de negocios la lleva a conocer a J...