El día de Sakura Haruka comenzó a ir mal desde el momento en que se despertó y se dio cuenta que la alarma no había sonado.
Los ojos heterocromáticos se ampliaron al ver como la luz fuera de la ventana se encontraba demasiado brillante. Comprueba la hora, dándose cuenta que solo tiene diez minutos para salir decentemente e ir corriendo a abrir el café, el cual queda a quince minutos de distancia.
Al percatarse de esa diferencia de tiempo; Sakura salta de su futón, pero las sábanas envueltas en sus piernas lo retienen, por lo que tropieza con ellas y cae directo a las puertas abiertas del closet.
Sakura toma un segundo de su valioso tiempo para maldecir entre dolor a la par que remueve con odio las sábanas de su cuerpo. Al estar libre, corre al baño solo a cepillarse los dientes y echarse un poco de agua en el rostro removiendo cualquier rastro de saliva o lagañas.
No tiene tiempo para una ducha, por lo que corre a toda velocidad de nuevo a su guardarropas y agradece a sus adentros qué Suo lo haya convencido de ir a la lavandería ayer. Sino, no tuviera ninguna camiseta limpia.
<<Hablando del diablo>> piensa Sakura terminando de abrochar el cinturón sobre sus vaqueros.
Toma su celular para mandarle un mensaje. Se ha vuelto costumbre darse los buenos días. Para el Sakura de hace casi tres meses atrás hubiera sido algo sin sentido y hasta aburrido, pero ahora, se ha vuelto parte de su rutina.
La cuál al parecer el destino se empeña en romper al encontrar su celular descargado. Gruñendo lo tira dentro de su mochila, mira el reloj digital sobre su mesita de noche (regalo de Kotoha por su cumpleaños el año pasado, ya que los relojes de manecillas le provocan dolor de cabeza al calcular los minutos exactos).
Solo faltan cinco minutos para llegar a tiempo, así que Sakura toma un pedazo de pan duro que encuentra sobre la barra y sale corriendo del departamento. Vive en el tercer piso, normalmente no le importa subir los escalones las veces que sea necesario, pero ahora...
Se detiene en la barandilla del segundo piso y salta hasta la baqueta del primer piso, ignora el calambre que recorre sus piernas. Corre hasta el estacionamiento, brinca en su bicicleta y comienza a pedalear con todas sus fuerzas.
En el camino esquiva a las señoras que van temprano al mercado por despensa, pidiendo perdón cada vez que les pasa demasiado cerca. Toma un desvió un par de cuadras más adelante para tomar un atajo y pasar por el puente que cruza el río, pero una calle antes tiene que frenar al ver que están arreglando la carretera, deteniendo el tráfico.
— ¡Maldición!
Aprieta los dientes con fuerza, odia no cumplir con las expectativas de los demás y en estos momentos teme llegar demasiado tarde, sobre todo porque le toca a él abrir la cafetería.
¡Kotoha puede regañarle en serio y Umemiya le lanzaría una de esas miradas de decepción!
Bueno, puede ser que la adrenalina sobrecargue su cerebro y le haga imaginar escenarios que nunca pasarían por unos minutos de retraso, pero Sakura no está pensando con normalidad en su flujo de pensamientos autodestructivos.
Lleva años viviendo en esta nueva ciudad donde cada persona se ha convertido en una pequeña parte de su vida, tuvo ayuda de muchos en momentos cruciales de su juventud, que lo han convertido en lo que es ahora. Un adulto pequeño que trata de seguir viviendo con normalidad a sus 20 años.
Si pudiera conversar con el niño nuevo que llegó a Mokoshi hace cinco años, seguro no le cree nada de lo que ahora está sucediendo.
Sobre todos dos cosas:
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Sweet and Spooky II SuoSaku
FanfictionSerie de one-shot para el mes de Halloween cumpliendo el reto Weektober. La historia es lineal, siguiendo la temática de cada día conforme Suo y Sakura se acoplan a su relación de pareja. "Una relación no solo es deseo físico y carnal, sino entendi...