Ranma sabía que inventar aquella mentira le costaría caro. No solo por el hecho de tener que entrenar a Ryoga, sino también por el propio Kuno, quien se había vuelto el doble de insistente. Resulta que se había tomado demasiado personal el hecho de que alguien más estuviera supuestamente saliendo con ella.
Cada día le llegaban flores y cartas melosas a su banco de clases, o regalos extremadamente costosos aparecían en la puerta del dojo de los Tendo. Ranma estaba harto, pero no podía darse el lujo de encapricharse con ese tema. Debía entrenar a Ryoga, así que ahora el chico se quedaba en la casa de los Tendo con frecuencia, y entrenaban juntos en el dojo.
El único problema de su mejor amigo era que... se distraía fácilmente con la presencia de Akane. Eso fue lo que hizo que, en esta ocasión, pudiera vencerlo.—¡Deja de distraerte! —le regañó mientras caía al suelo desplomado. El idiota estaba mirando a Akane entrenar en el jardín, ya que ellos ocupaban todo el dojo.
—Es que es muy bonita... ¿De verdad crees que saldrá conmigo? —Ranma gruñó con molestia, pero una idea cruzó por su cabeza.
—No lo sé, Akane no saldría con un debilucho como tú. —Ryoga lo miró, enfadado.
—¿¡Qué me dijiste!? —Rápidamente Ryoga lo atacó con su sombrilla. Ranma apenas pudo esquivarlo, así que sonrió: estaba mejorando bastante. Entonces, si molestar a Ryoga era lo que hacía falta para que sacara su verdadera fuerza, entonces...
—¡Dije que Akane jamás saldría con un débil como tú! —repitio. Ryoga se molestó y lo atacó varias veces de nuevo. Ranma las esquivaba, pero apenas. Eso era una buena señal, porque Ryoga había aumentado su velocidad. En un momento, Ranma no pudo esquivarlo, tropezando al suelo. Ryoga perdió el equilibrio y cayó sobre él.
Cuando abrió los ojos tras el golpe que recibió al caer, notó que Ryoga estaba encima de él. Ryoga se levantó poco a poco, solo para darse cuenta de la situación. Ambos estaban muy cerca, tanto que podían sentir las respiraciones del otro. Eso hizo que Ranma se sonrojara, y lo mismo podía decirse de Ryoga. La posición sugerente no era precisamente parte del entrenamiento.
Ryoga fijó la vista en Ranma, quien en ese momento era un chico. Podía ver su expresión sonrojada y sorprendida, distinta a la típica expresión orgullosa y arrogante que siempre cargaba. Eso lo hacía ver...
—Bonito —admitió en voz alta. Ranma parpadeó varias veces. ¿Acaso Ryoga lo había llamado... bonito? Se molestó. No entendía ese repentino sentimiento de vergüenza, así que respondió de la única forma que sabía:
—¡Quítate de encima! —exclamó con brutalidad. Ryoga, exaltado, obedeció enseguida y se levantó rápidamente.
—¡No dije eso! ¡En realidad estaba pensando en Akane! —se excusó desesperado. Ranma suspiró.
No tenía tiempo para esto. Además, era obvio que Ryoga jamás le diría algo así a él. O tal vez no quería admitir que realmente había escuchado lo que escuchó, porque eso significaría pensar en sus sentimientos, y él no era bueno con eso, muchas gracias.
—Ya cállate, no me importa. Necesitas entrenar más duro —regañó. Escuchó un quejido por parte de Ryoga.
—No es justo. Hemos estado entrenando dos días seguidos y ni siquiera he tenido una cita con Akane. No estás cumpliendo tu parte del trato —se quejó. Ranma debía admitir que Ryoga tenía razón. Había olvidado ese pequeño detalle, aunque verdaderamente estaba evitando cumplirlo. La idea de Akane y Ryoga juntos era algo que no toleraba, pero no podía seguir posponiéndolo.
—Está bien, si me vences hoy, te arreglaré una cita con Akane. Quizás eso te motive —bromeó al final, pero vio cómo el rostro de Ryoga cambiaba a uno más determinado.
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Una Gran Pelea! Por El Amor De Ranma!?
FanficRanma está harto de que Kuno la acose cuando es una chica, así que para evitar que continúe, le dice que Ryoga es su novio. Kuno no lo acepta y reta a Ryoga a una pelea; si gana, Ranma será su prometida, pero si Ryoga lo derrota, Kuno dejará de mole...