South Park [One Shots/Yaoi]-Actualizaciones LENTAS-

Creek: "¿Quien soy yo?"

Tweek☕

Era un día de otoño, normal, gnomos robando mis calzoncillos, mamá y papá abajo gritando para que despertara...Esperen...¿¡GNOMOS?!

Giré rápidamente hacia el cajón de mi ropa interior y no había nada, me alivié internamente

—¡Hijo! ¡Baja ya o llegarás tarde!— La voz de mi madre interrumpió mis pensamientos sobre Gnomos y Craig, mi mundo. Mi boca dejó salir un bostezo y estiré mi cuerpo ya crecido de mis 10 años hasta los 17, no soy alto, mido 1,64.
—¡Y-Ya *Ngh* Voy!— Grité de vuelta y me digné a levantarme.
Abrí el armario, no me bañaría hoy, mucho frío. Cogí una camisa y unos jeans oscuros, me vestí rapidamente y fuí al baño a hacer mi aseo matutino.

«Ugh, estúpidas ojeras.» Tomé mi mochila con rapidez, salí de mi cuarto y cerré la puerta.
Bajé con agilidad la escalera, me dirigí a la cocina. Mis padres ya no estaban, cogí las llaves y caminé a la cafeteria familiar que no esta a más de una cuadra. Entré y caminé despreocupadamente hasta el mostrador, las chicas posaban miradas en mi «¡Há! Si supieran que me gusta atravesada.» Sonreí negando con la cabeza.
Me adentré a la cocina y me preparé un café oscuro, seguro aquel sabor amargo me tranquilizaría, miré la hora en el reloj de pared *7:40*
—Mierda— Mascullé y bebí mi café de un largo trago.
Salí corriendo de ese lugar y no detuve mi paso hasta estar en la puerta de el salón, llegué a tiempo.
Sonreí triunfante y entré.
Primer día de clases. Me fuí de esta ciudad hace casi cinco años. Las miradas que me dieron eran comprensibles, ¿Se esperaban al niño inocente que solía tirar su cabello y no sabía abotonar su camisa? Pues que mal, de él sólo queda el tartamudeo y los espasmos nerviosos que son casi nulos.

Pasé mi vista por la gente del salón y ahí estaba él, con su gorrito azul de pompón  amarillo, una chaqueta negra y jeans, postrado sobre el escritorio con el cabello negro alborotado cayendole por su tersa y suave piel blanca.

—¿Tweek? ¿Tweek Tweak?— Reconocería esa voz donde fuera, volteé y ahí estaba mi rubio amigo, lo envolví en un abrazo. Vaya, y pensaba que yo era pequeño, este no alcanza un metro y cincuenta y cinco.

—Hola Butters ¿Cómo va t-todo *Agh* por a-aquí?— Pregunté soltándolo y sonriendo, no una sonrisa sincera, eso ya no es habitual en mí.

Entró el profesor, supongo.
Un hombre que no había visto en mi vida. Vaya que estaba bueno.
Me miró y enrojecí rapidamente.
—¡Ah! ¡Tú debes ser Tweek Tweak!— Dedujo el hombre casi gritando, atrayendo la atención del resto.
Lo miré a él, sus ojos marrones se notaban sorprendidos mirándome fijamente.
«Mierda» Asentí, caminando hacia el hombre que estaba inclinado en el escritorio de profesor.
—¿Nos haría el honor de presentarse?— La sombra de una sonrisa cruzó rápidamente mi rostro y me establecí firme frente a todos mis nuevos compañeros.
«De haber sido cinco años atrás estaría tirando mis cabellos y gritando que es mucha presión»
—Hola chicos, —No tartamudees— mi nombre es Tweek Tweak, —No tengas espasmos— Tengo 17 y soy homosexual.—
Varios chicos sonrieron triunfantes, entre los que pude notar estaban Kenny, Stan, Kyle y Butters.
«Supongo que también se la tragan doblada.»
Miré a mi pelinegro favorito, pero este sólo se limitó a escribir algo en su cuaderno.
—Muchas gracias señor Tweak, tome asiento junto a Bebe, por favor.— Señaló a la rubia que estaba al fondo y caminé hasta ella, antes de sentarme le guiñé en forma de saludo.

El hombre que se hacía llamar profesor comenzó a explicar algo que francamente no me interesaba.
«Craig...Mi craig, ¿como habrás estado entre tantos inútiles?» Sonreí inconscientemente ante mis pensamientos.

—¿De verdad eres Tweek Tweak?— Habló la rubia a mi lado, le miré y asentí mientras decía —Él mismo.—
—Vaya, has cambiado mucho.—  Sonrió "seductoramente", aunque parecía nutria desnutrida.
—Lo sé.— Le devolví la sonrisa lo mejor que pude y comencé a dibujar en mi cuaderno, garabatos inteligibles que llenaban hojas.

Comencé a divagar en mis pensamientos mientras las líneas se alargaban como parte de mi cuerpo, la campanilla me sacó de mi mente y esperé a que el salón se desocupara para retirarme.

Caminé hasta estar cerca del antiguo team al que solía pertenecer, allí estaban Token, Clyde, Craig. Oh, los cinco años habían hecho maravillas sobre él
—¿Qué t-tal chicos?—Craig se volteó y me estrujó con toda la fuerza que poseía entre sus...trabajados brazos, le devolví el abrazo con la misma añoración y necesidad.
—Dejemos a los maricas.— Las voces de Token y Clyde sonaron al unísono, se miraron extrañados antes de reír estruendosamente mientras se alejaban de ahí, murmurando palabras que ni siquiera existían.

Cogí el brazo de Craig y lo llevé al patio trasero casi a rastras, el lugar se encontraba desierto. «Vaya suerte la mía.» Al llegar me acerque a Craig y lo miré a los ojos. Luego de eso todo sucedió muy rápido, solo reaccioné al sentir sus labios contra los míos duramente, mis manos tomaron posición en su pecho, estrujando la camiseta blanca entre mis dedos y cerrando los ojos por inercia.

—¿P-por qué fue eso?— Susurré casi para mí mismo, por suerte también lo escucho.
—C-creí que...—¿Craig acababa de tartamudear? Y se...¿Sonrojó? Wow. Una de las cosas más preciosas del mundo. La octava maravilla, el décimo arte. «Sus labios se mueven...Oh dios, sigue hablándome.» —Después de todo, ¿Quien soy yo?— Logré oír esa última oración, que fue acompañada por una nostálgica sonrisa.
—¿Quien e-eres tu? T-tu eres Craig, el chico que a pesar de los cinco años que pasé lejos de él, no logré alejar de mi mente, el chico que a pesar de todos los tipos con los que estuve (((reputo nos salió Tweek))) no pude olvidar. Eres el amor p-platónico de mi infancia y gran p-parte de mi adolescencia, Craig. ¿Sabes lo que es vivir cinco años sin saber nada sobre la persona a la que amas?—Rodeé su cintura con mis brazos, apegando mi rostro a su pecho y dejando las lágrimas humedecer su camiseta.
—Lo sé perfectamente, Tweek.—Oí su voz quebrada, en perfecta sincronía con sus brazos que me abrazaron con fuerza.— Te extrañé tanto, tanto.— Tomó mi mentón con una de sus manos y alzó mi rostro, pude notar que estaba conteniendo sus lágrimas.
—Te extrañé mucho más.—