5° La Ruptura Familiar T1

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Momentos Antes de que frisk le dijera a sans la verdad

El sonido del motor del auto resonaba suavemente mientras Asriel mantenía ambas manos al volante, sus ojos fijos en la carretera que se extendía ante él. A pesar del camino tranquilo y el paisaje familiar que pasaba a su alrededor, su mente estaba en completo caos. Los pensamientos iban y venían como un torbellino, una maraña de sentimientos y preocupaciones que no sabía cómo organizar.

Asriel: (pensando en voz alta) "¿Cómo se lo voy a decir a Chara...? ¿Cómo demonios le explico todo esto?"

Apretó el volante con más fuerza, sintiendo la tensión subir por sus brazos. En su mente, repasaba una y otra vez cómo habían llegado hasta este punto. Todo había comenzado como un error, una noche de descuido bajo el efecto del alcohol. Pero el resultado de ese error estaba en la cuna ahora, un bebé llamado Aiden. Un bebé que ninguno de los dos había planeado, pero que existía y que llevaba consigo una carga inmensa.

Asriel: (susurrando para sí mismo) "No es culpa de Aiden... pero esto... esto va a destrozar todo."

El auto avanzaba suavemente por la carretera, pero su mente seguía atrapada en el dilema. Sabía que no podía ocultar la verdad a Chara, pero también sabía cómo podría reaccionar. Chara no era alguien que tomara bien las traiciones, y aunque él y Frisk nunca habían planeado lo que ocurrió, eso no cambiaría la forma en que ella lo vería.

Asriel: (pensando) "¿Y si no lo entiende? ¿Y si me odia para siempre?"

Había pasado por tanto junto a Chara. Después de recuperar su cuerpo, la conexión que habían logrado era algo que jamás imaginó que tendría. Por años, Chara había sido su amiga, y luego algo más. Ahora, en un instante, todo eso podría desmoronarse.

El auto llegó a un semáforo en rojo, y Asriel detuvo el vehículo. Miró al cielo a través del parabrisas, dejando escapar un suspiro pesado. Su corazón latía con fuerza, y sintió cómo la ansiedad lo consumía.

Asriel: (en un susurro) "Chara... ¿qué voy a hacer?"

No había respuesta, sólo el sonido de su respiración y el motor del auto. Los pensamientos continuaban fluyendo descontroladamente. Su peor temor no era la ira de Chara, sino la posibilidad de perderla para siempre.

El semáforo cambió a verde, y Asriel retomó la marcha. Se aproximaba cada vez más a la casa que compartía con Chara, y con cada kilómetro que recorría, el peso en su pecho aumentaba.

Asriel: (hablándose a sí mismo) "Tengo que ser honesto... tengo que decirle la verdad. No puedo seguir ocultándolo, pero... ¿cómo lo hago? ¿Cómo le digo que Frisk y yo...?"

Su cabeza daba vueltas. Había practicado mentalmente mil maneras de abordar el tema, pero ninguna parecía la correcta. Cada palabra que ensayaba se desmoronaba antes de ser pronunciada. Al final, la única certeza que tenía era que Chara tenía derecho a saber la verdad.

Asriel: (frustrado) "No hay una manera fácil de decirlo. No importa lo que diga, va a doler."

Llegó al vecindario, y vio la casa en la distancia. Su corazón dio un vuelco. Estaba a unos pocos metros de enfrentar la realidad. Una realidad que podría destrozar todo lo que había construido con Chara.

Asriel: (murmurando) "Tengo que ser fuerte... No por mí, sino por Aiden. No puedo abandonarlo."

El auto se detuvo frente a la casa, y Asriel apagó el motor. El silencio repentino lo envolvió como un manto pesado. Miró la puerta de su hogar, sabiendo que en cuanto la cruzara, ya no habría vuelta atrás.

Asriel: (inhalando profundamente) "Bien... es hora."

Tomó el manillar de la puerta del auto, sus dedos temblorosos. Por más que quisiera postergar ese momento, no podía seguir escapando de lo inevitable. Salió del auto lentamente, sus pasos se sentían pesados mientras se acercaba a la puerta.

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