Genya: acercándose a ti

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El fin de semana había pasado rápidamente y sin alteraciones. Agradecidas el hecho de que tu profesor no hubiera estado en su apartamento, ya que al menos no habían tenido que soportar esos gritos y gemidos de las mujeres con las que solía estar.

Repitieron la ruta de todos los días y fueron a la escuela. Al llegar estaban sus amigos ya en el salón

Buenos días.- saludarte a todos

Ha-na!.- se apresuró a hablar Tanjiro.- vamos Genya, dile!.- alentó a su amigo

Miraste al chico algo curiosa.- que sucede Gen?.- finalmente le preguntaste

Es q~q~que.- las palabras no le salían, estaba completamente bloqueado por los nervios.- y~yo q~qui~quiero

El te quiere invitar a salir.- completó la frase el ojiverde

Inosuke!.- lo regaño Tanjiro.- por qué le arruinas el momento a Genya?

Da igual.- habló desanimado el moikano.- ella nunca aceptará a alguien tan tímido como yo.- mirando al suelo

Yo.- tenías la oportunidad ideal para poder librarte de tu profesor.- yo acepto...salir contigo, Genya.- tus mejillas se tornaron rosadas al decir eso

Genya!.- el peliburdeos lo atrapó en el momento exacto donde casi se da la cabeza contra la mesa por la emoción que le produjeron tus palabras.- ay no, vamos a la enfermería, te sangra la nariz

Descuida, yo lo acompañó.- lo tomaste del brazo y salieron del salon en dirección a la enfermería

En el camino, iban hablando muy animados. Intentabas calmar al chico y que se acostumbre a ti, después de todo, si iban a salir a citas, tenía que actuar con más naturalidad. De pronto sentiste un par de ojos fijos en ti, no quisiste girar a ver, conocias esa sensación, sabías de quién era esa mirada y decidiste ignorarla. Pero aprovechaste u te acercaste aún más a Genya. No te importó la advertencia que te había dado el platinado dos días antes. Simplemente no pensabas hacer lo que te dijo. Quien se creía que era para venir a darte órdenes? Estaba muy equivocado si creía que tu harías todo lo que quisiera.

Llegaron a la enfermería. Vacía.

La señorita Kocho debe haber ido a hacer algún recado.- comentaste

Descuida, puedo solucionar esto solo.- respondió Genya tomando un algodón y agua oxigenada.- no es la primera vez que me pasa

Deja que te ayude.- le sonreiste y ésta vez estuvo más calmado.- muy bien, ya quedó

Gracias.- lo miraste como esperando que te diga por qué.- gracias por ésto...y por aceptar salir conmigo

Ah, eso.- juntaste tus manos y jugaste con tus pulgares.- supongo que no está mal conocernos mejor.- te aclaraste la garganta.- volvemos al salón?

Oh, si.- algo nervioso.- vamos, el profesor nos va a regalar si llegamos tarde

Tomaron asiento en sus respectivos lugares y llegó el profesor. Matemáticas. Genial. No te iba bien en esa materia. Pero cuentas con una ventaja: Genya. Claro que no querías usarlo, pero una ayudita no te vendría mal. Planeabas pedirle eso cuando sea el receso. Aprovechando que su hermano es el profesor de esa materia, quizá podrían estudiar todos en su casa.

Durante el receso estuvieron hablando al respecto. Genya aceptó estudiar en su casa, pero debía consultar con su hermano mayor. A pesar de que él ya no es un niño, entiende que vive bajo el techo de su hermano y respeta sus reglas. Por lo tanto quedaron en que esa misma tarde le diría lo planeado a su aniki.

Mi extravagante vecino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora