Capitulo 27.Ella

455 40 4
                                    

Me era irónico el pensar que la persona que creí que jamas me lastimaría termino lastimándome mas que nada en mi vida.

Dicen que las heridas se cosen con las agujas del reloj, esa era en mi caso, la mayor mentira de todas, ella se había ido y todo era peor sin ella, comenzaba a tener la impresión de que todo a mi alrededor estaba perdiendo lo bueno que tenía, era acaso porque la vida se había vuelto completamente asquerosa al perderla, mi dolor no era el mismo que antes, era peor y crecía a el paso del tiempo, todo se había repetido y me aseguraba de no meter la pata de nuevo, había acabado con Zalgo sin trato alguno, los años pasaban y todo empeoraba, jamas abandonaba mi mente, aquellas memorias me hacían sentir una completa basura, camina por el bosque como siempre sin haberla encontrado aun, las hojas de los arboles caían por el otoño, me dirigía a mi puesto, donde vigilaba la entrada al bosque, me recargue en un gran y viejo árbol como todos los días hasta que algo inusual cambio mi día por completo.

Era ella.

Aquel largo cabello castaño ondulado, esa piel blanca como la nieve y esos ojos azules brillantes que jamas abandonaban mi mente y mis recuerdos estaban frente a mi de nuevo, aquellas ganas de correr hacía ella y abrazarla mientras la besaba me rompían lentamente, no podía aparecer así nadamas, la asustaría y la perdería.

Jamas me imagine que el esperarla de nuevo toda una vida, me implicaría no poder abrazarla, besarla, si quiera dirigirle la palabra, anhelaba y soñaba con volver a encontrarla pero, no contaba con quedarme escondido tras los arboles sin poder hacer nada, no podía vivir así, aunque si le volviese hablar como debía, el saber de mi Charles lo arruinaría todo. Tenía que olvidar aquellas cosas que un día me hicieron sonreír y pesar que la vida era maravillosa, cuando no lo era para nada.

No quería estar solo, pero al parecer se me daba muy bien estarlo.

Miraba como sonreía junto a dos chicas, le había ido bien sin mi, no importaba en que realidad estuviera, siempre le iba bien sin mi, tal vez esta vez no necesitaba de mi, tal vez el oráculo que Zalgo me mostró aquella vez era una trampa para distraerme y jamas necesito de mi en realidad, solo le provocaba dolor mientras yo salía de mi propia oscuridad.

Aquellas pequeñas revelaciones que me eran como apuñaladas al corazón me hicieron pensar que, jamas había dejado de ser egoísta. Creí haber dejado de serlo cuando en realidad jamas lo había dejado de ser.

Suspire hondo al saber aquel gran error en el cual siempre había vivido, me sentía peor que antes, la verdad mataba peor que yo, tenía que admitirlo, la mire por ultima vez para después adentrarme en el bosque con mi ultimo plan en mente, el cual esperaba que fuera por primera vez, fuera la decisión correcta.

Un largo camino me esperaba, las hojas continuaban cayendo lentamente, no podía creer lo que iba a hacer, no era lo mejor pero era lo correcta, los minutos y el tiempo volaba, el bosque comenzaba lentamente tener aquellos susurros en el viento los cuales acariciaban mis oídos tratando de asustarme lo cual era imposible, mi dolor era tan grande que todas las demás emociones que mi ser había vuelto a tener fueron revocadas con aquel mal que se apoderaba de mi lentamente cada día-

-Splendor...-lo llamaba mirando a mis alrededores en espera de su respuesta.

-Jeff, que te trae a mi bosque...-dijo Splendor saliendo tras de un gran árbol en un tono feliz.

-Vengo por mi ultimo deseo...

-Jeff...-su tono de felicidad había cambiado por completo, sabía que diría un sermón pero no lo deje continuar.

-Deseo olvidar que alguna vez existió Charles Rith...-dije apretando mis puños tratando de contener aquel gran dolor que nació en mi, desde aquel día lluvioso en el que se fue.

-Jeff estas...

-¡Es mi deseo!...

-Reset your eyes. Erase your mind...

(Reinicia tus ojos, borra tu mente)

B��A2ۍِ

Ella Mi Creepypasta...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora