Capitulo 8 (parte 1) 2ª Temporada

59 6 0
                                    

Una lágrima rodó por mi mejilla. Yo había dibujado ese corazón en mi cuaderno de matemáticas, con el nombre de Carlos dentro.

- En mi opinión - dijo David - Carlos ha estado en tu corazón todo este tiempo, pero tu tratas de opacarlo, aunque... aun no sé porque.

- Yo tampoco...

------------------------------------------------

- Tío David!! - dijo Lily cuando entramos a su cuarto, luego de despedirnos de Ashton.

- ¿Cómo estas pequeña? - David la tomo en brazos y le empezó a dar vueltas en el aire mientras yo los observaba desde la puerta.

- ¿Dónde está mi Tío Dani? - David bajó a Lily y la puso sobre la cama, luego se dio la vuelta y me volteó a ver. Tenía una cara de algo entre enojo y gracia, mientras que yo reprimía una gran carcajada. - Tío David - insistió Lily - ¿Dónde está mi Tío Dani?

- No lo sé, Lily - dijo David - pero estoy yo! ¿Quieres ir a comer un--

El timbre sonó, por lo que me di la vuelta y salí del cuarto de Lily para que discutiera en paz con David. El timbre volvió a sonar, así que grite ''ya voy'' para que dejaran de insistir.

Abrí la puerta y ahí estaban Dani, Álvaro y Blas.

- ______! - Dijo Dani - ¿Dónde está Lily?

- Peleando con David en su cuarto - solté una carcajada al ver como Dani salía corriendo en esa dirección - ¿Dónde está---

Me retracte rápidamente y los dejé pasar.

- ¿Preguntabas por Marco? - Blas sonrío - En el carro.

Señaló la camioneta que estaba estacionada frente a mi casa.

- Dijo que no quería entrar porque no tenía tu permiso e ''invadiría tu espacio personal'' - Concluyó

- Ve por el - Louis me empujó hacia afuera y me cerró la puerta en la cara.

- Gracias chicos. - Grite sabiendo que escuchaban - ¡Como los amo!

Ambos soltaron una carcajada que seguro se escuchó a kilómetros. Me di la vuelta pensando en, si subir al carro o quedarme parada en la acera con cara de inútil sin vida social.
Opté por la segunda opción.

Pateé una pequeña piedra que tenía al lado y me senté. Después de un largo rato, escuche como unos perros ladraban. Esto era malo, pues los perros me dan miedo.
Volteé a ver lentamente y al final del vecindario había 3 grandes perros, lo suficiente como para hacerme temblar del miedo. Me levante al mismo tiempo que ellos empezaban a correr hacia donde yo estaba. Llegue a la puerta del carro y la abrí, saltando dentro lo más rápido posible, luego cerré la puerta.
Suspiré y me apoye en el asiento.

- ¿Qué ha pasado? - Me sobresalte al escuchar su voz, Carlos estaba tirado en el asiento trasero del carro - ¿Estás bien _____?

Asentí con la cabeza y sonreí levemente.

- Pues qué bien, ¿qué haces aquí? - preguntó

- Bueno... había unos perros ahí fiera y era el único lugar en el que podía esconderme.

- Y... ¿Porque no entraste a la casa? - volvió a preguntar.

- Larga historia - dirigí mi vista hacia donde había estado parada, los perros estaban apoyados en la barandilla, por lo que supuse que tendría una larga estancia en el carro.

Había un silencio incómodo, pero yo no quería romperlo ¿Qué diría?

''Ah sí, Carlos! Olvide decirte que estoy loca por ti pero quiero a Ash así que estoy confundida. De paso, ¿Que vamos a cenar?''

Reí por mi propio pensamiento y Carlos me volteo a ver.

- ¿De qué te ríes? - Dijo con una tierna sonrisa en la cara, por lo que me sonrojé.

- De lo cobarde que soy, digo... solo a mí me dan pánico los perros - volví a reír, aunque ahora, la risa era más falsa.

- No te reías de eso, te conozco - volvió a sonreír - pero, si me permites comentar, tu miedo no es tan raro como el de David, digo... solo a el le dan pánico las cucharas - Solté una carcajada - extrañaba escuchar tu risa. - Comentó nervioso.

- ¿Y porque tan nervioso duende - dije olvidándome de toda mi confusión y recordando los tiempos pasados - es que te doy miedo?

Carlos soltó una carcajada y me la contagió rápidamente. Nos quedamos en silencio un momento, pero ya no era un silencio incómodo realmente, Carlos se acercó un poco a mí, quedando solo a unos centímetros de dónde estaba. Tenía una expresión seria. Estaba perdida en sus ojos hasta que dijo:

- Bésame.


Los Gemelos Martin Lafuente (Carlos Marco y tu) Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora