En los callejones sombríos y desiertos de la ciudad, Jay caminaba con paso cansado, envuelto en la oscuridad de la madrugada.
Era la primera vez que se aventuraba por aquellos rincones olvidados, pero el peso de la mitad de su gira lo acompañaba como una sombra constante.
La pasión que alguna vez sintió por la música ahora se había transformado en una carga, un peso que le oprimía el pecho y le nublaba el pensamiento.
Aquella noche, mientras avanzaba entre los muros de hormigón y las sombras alargadas, Jay se sentía más perdido que nunca. La fama y el éxito habían sido sus metas durante tanto tiempo, pero ahora que los tenía al alcance de la mano, descubría que no eran más que espejismos vacíos.
Las entrevistas interminables, las demandas comerciales, todo aquello que alguna vez había anhelado ahora lo abrumaba hasta el punto de sofocarlo.
La lista de canciones que conformaban su repertorio para esta gira era un reflejo de su dilema interno. La mayoría eran melodías comerciales, diseñadas para el consumo masivo y desprovistas de cualquier atisbo de autenticidad. Solo unas pocas, apenas un puñado, eran verdaderamente suyas, aquellas en las que había dejado su alma y su corazón.
Un suspiro escapó de sus labios mientras encendía un cigarrillo, buscando un breve respiro en medio de la tormenta que era su vida.
Recordaba con nostalgia los días en que cantaba en pequeños clubes, cuando la música y la libertad eran sus únicas compañeras. Pero esos días habían quedado atrás desde que la industria lo había descubierto y lo había convertido en una estrella.
Ahora, mientras la noche se cernía sobre él, Jay se sentía como un náufrago en un mar de luces y sombras.
Había elegido este camino en busca del éxito, pero ahora se preguntaba si valía la pena el precio que estaba pagando.
La decisión de firmar con una disquera había sido un paso hacia adelante, pero también una renuncia a su propia voz e identidad.
Y en medio de la oscuridad, Jay se preguntaba si alguna vez podría encontrar su camino de vuelta a casa.
El sonido regular de sus pasos resonaba en la noche tranquila, mientras giraba en una esquina donde la luz de los faroles no llegaba, fue cuando una figura llamó su atención.
El chico estaba en un pequeño espacio entre calles, donde los edificios creaban un callejón oscuro.
Vestía unos jeans holgados, una camiseta ajustada metida por dentro del pantalón y una cazadora de cuero, siguiendo la moda de la época. Su rostro redondo resaltaba sobre unos hombros anchos, y sus ojos brillantes escudriñaban el entorno en busca de observadores no deseados. No pareció notar a Jay.
El chico bufó una sonrisa mientras se daba la vuelta y se dirigía hacia una puerta desgastada, que aparentaba pertenecer a un edificio abandonado. Al abrir la puerta, echó una última mirada por encima del hombro, asegurándose de no ser seguido.
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𝐑𝐨𝐜𝐤 𝐌𝐞 | JayWon
FanfictionEn los emblemáticos años ochenta, Jay, un ícono del rock atormentado por la fama, choca con Jungwon, un bailarín de club nocturno queer. Entre destellos de luces neón y el sonido estruendoso de la música, su conexión ardiente enciende una pasión ar...