Decisión

125 15 39
                                    

Jay fue despertando lentamente, sus párpados pesados como si llevaran el peso de una noche interminable

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jay fue despertando lentamente, sus párpados pesados como si llevaran el peso de una noche interminable. Al abrir los ojos, la luz blanca del hospital le hizo entrecerrar los ojos, y un escalofrío recorrió su espalda por el clima frío que se filtraba a través de las sábanas. El aroma a desinfectante era intenso, un recordatorio de la realidad en la que se encontraba. A medida que su mente comenzaba a despejarse, un leve pánico comenzó a elevarse en su pecho, sintiendo cómo sus manos sudaban en las sábanas.

Se movió inquieto, intentando acomodarse en la cama, y al voltear hacia los lados, se encontró con la figura de Heeseung, quien estaba sentado en una silla cercana. La expresión de Heeseung reflejaba una mezcla de alivio y preocupación, su rostro iluminado por la luz tenue del hospital. Al ver que Jay había despertado, una sonrisa se dibujó en sus labios, aunque una sombra de tensión se cernía sobre él.

—¿Dónde estoy? —preguntó Jay, su voz rasposa y entrecortada, sintiendo un hormigueo en la garganta.

—En el hospital, —respondió Heeseung, su tono suave y calmado. —Estás a salvo.

Jay sintió que su corazón latía con fuerza, como si quisiera escapar de su pecho. En un intento de tranquilizarse, rápidamente empezó a hablar, la desesperación tejiendo sus palabras. —No estuve en el bar, no es lo que parece. Solo... solo estaba paseando.

Heeseung lo miró fijamente, sus ojos oscuros profundos como un abismo, como si intentara leer cada pensamiento que cruzaba por la mente de Jay. —Honestamente, me da igual, —dijo, su voz firme pero con un matiz de vulnerabilidad. —Ya sabía que no salías solo a caminar.

Jay sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, como si el aire en la habitación se hubiera vuelto más denso. Se sentó de un salto en la cama, su pecho subiendo y bajando con rapidez. —¿Qué? —balbuceó, incapaz de procesar lo que estaba escuchando. Su mirada errante buscaba la salida, pero sabía que no podía escapar de esta conversación.

—He estado notándote distraído últimamente, así que durante varias noches te seguí. —Heeseung tomó un respiro profundo, su pecho expandiéndose, como si se preparara para un momento difícil. —Incluso los vi en la playa. Pero solo me aseguré de que nadie pudiera observarlos y me fui.

El corazón de Jay se aceleró, un torrente de incomodidad lo inundó. Se sentía atrapado en un torbellino de emociones. —No es lo que piensas, —dijo, su voz temblorosa, mientras movía las manos nerviosamente sobre la colcha. —Era alguien más. No era...

—No me mientas, Jay. —Heeseung lo interrumpió, su voz con un destello de preocupación. Su mirada penetrante se posó en Jay, y por un momento, el tiempo pareció detenerse. —Si decides ser gay sabiendo cómo están las cosas, es por algo. Y agradezco que no te haya gustado yo.

Jay no pudo evitar soltar una risita nerviosa ante el comentario, sintiendo un nudo en la garganta. La mezcla de alivio y tristeza lo abrumó. Aunque Heeseung estaba enojado, había algo en su aceptación que lo confortaba. —Eso no significa que no me importes, —respondió Jay, sintiendo cómo un calor suave se extendía por su pecho, mientras jugaba con el borde de la sábana. —Eres... importante para mí.

𝐑𝐨𝐜𝐤 𝐌𝐞 | JayWonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora