Huía de él, pero él era más rápido. El la perseguía y ella ya estaba cansada de correr. En cualquier momento se daría por vencida, ya no podía más. El fuerte dolor en su cabeza, sangre derramando por su frente, lágrimas saladas. No entendía por qué el la había elegido a ella, claro que ella era importante, pero eso? Tal vez por todo lo malo que ella cometió.
Todo era un caos.
Cuando ya no pudo más se detuvo y el la alcanzó. Ella comenzó a levitar en el aire, estiró sus brazos sintiendo su fin.
Y despertó del maldito sueño que la atormentaba siempre.
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Su sueño fue interrumpido, nunca había logrado ver que más pasaba, que pasaba después de que ella se elevara en el aire.
— ya despierta, zanahoria. –gritaron.
— déjame dormir, Alec. –contestó ella adormilada.
— levántate para desayunar, Sunny. –suavizó su voz.
— esta bien, iré a bañarme. –contestó ella y como lo dijo, él se fue, ella tomó ropa y se metió a su baño.
Cuando estuvo lista bajo a desayunar, el desayuno ya estaba servido en la mesa, solo la esperaban a ella. Nunca nadie comía hasta esperar que todos estuviesen ya sentados.
— buenos días, corazones. –saludo al llegar al comedor.
— siéntate, Sunny. –señaló la silla a su lado.
Desayunaron callados, siempre solían hacerlo así. No importaba el lugar, al estar sentados en un comedor degustando algo solo se concentraban en su plato y después platicarían de lo que fuera. Aún que claro, en algunas ocasiones se tornaba el ambiente aburrido y comenzaban a charlar evitando el silencio.
— ¿cuando regresaremos a New York? –preguntó Billy.
— solo esta semana estaremos aquí, el lunes regresamos. –respondió Liam, al que ellos llamaban "jefe" por comandar el equipo.
— haremos algo hoy? –preguntó Evie.
— sii! hay que ir a disfrutar de la playa, necesito broncearme. – propuso Elizabeth.
