One Piece: La criatura más fuerte

149- El Rey del blanco y negro

Whole Cake Island, Totto Land Kingdom

"MaMa~~MaMa... qué pena, Kaido"

Charlotte Linlin yacía de lado en su silla especial, su figura envuelta en sombras, con solo sus ojos inyectados en sangre visibles y baba ácida goteando de su boca. Mientras leía el periódico de hoy, soltó su risa característica y se burló: "Realmente fallaste mi inversión. Si lo hubiera sabido, no te habría dado esa Fruta del Diablo en ese entonces"

"Ahora, ¿dónde está la gratitud hacia mí, eh?"

"MaMa~~MaMa... Cross Kahn, eres verdaderamente digno de mi admiración. Si hubieras nacido diez o veinte años antes, tú y yo habríamos sido una pareja perfecta"

"Realmente quiero tener un hijo con él, ¡sería la creación más perfecta de esta era, tal vez incluso de toda la historia!"

Al igual que muchas otras fuerzas poderosas e individuos con conocimientos en todo el mundo, Charlotte Linlin no se sorprendió al escuchar que Kahn se había convertido en el nuevo Emperador de los Mares.

No solo eso, su aceptación fue más fuerte que la de la mayoría.

Mientras que otros estaban atónitos por cómo Kahn derrotó a uno de los poderes reinantes de los mares, Linlin no se sorprendió en absoluto. De hecho, lo esperaba.

Después de todo, Kahn había sido el único destructor nato de su especie en décadas.

Además de eso, este destructor había comido una de las Frutas del Diablo Zoan Míticas más poderosas, con un potencial que superaba incluso al de ella.

Como uno de los reyes piratas más ambiciosos entre los tres grandes monstruos, Charlotte Linlin había puesto sus miras en Kahn y su imperio de la "Familia Cruzada" desde hacía mucho tiempo.

Ella entendía bien las fortalezas y el potencial de Kahn.

Un destructor nato + un usuario de la Fruta del Diablo Zoan Mítica: era una versión mejorada de ella.

El hecho de que a Kaido le cortaran el "brazo" era prueba suficiente.

Ahora, con Kaido destronado, era el máximo ejemplo de fracaso.

"Gu ra ra ra... bien hecho, me encantaría tomar una copa con ese chico"

Hoy, el Moby Dick estaba lleno de vida, como una gran celebración.

Muchos de los veteranos que una vez habían navegado con Barbablanca para conquistar los mares derramaban lágrimas de alegría, vitoreando sin parar.

Entre ellos, Thatch era el más ruidoso.

Mientras tanto, el propio Barbablanca sostenía una jarra especial, bebió unos sorbos y sonrió levemente con la comisura de la boca.