vi como extendia la cantidad de cartas en su palma, viendo una seguidilla de corazones, sin encontrarle sentido ya que una de esas cartas ya habia estado en mis manos y estoy completamente seguro que en las suyas ahora mismo no se encontraba la verdadera.
- ¡hizo trampa! - logre declarar luego de levantarme de mi asiento y apuntar a su rostro, notando su sonrisa orgullosa formase en este, como si deseara ser descubierto.
"¿como crees que YO haria trampa?" un fuerte golpe en mi nariz por parte de el gran guardaespaldas me volvio a la realidad, llevando mis propias manos a detener mi sangrado y mirandolo con odio.
el proceso fue detenido tras este tomar mi muñeca derecha y obligandome a colocar esta en la mesa, demostrando que iban a cortar esta.
- ¡lo pagare, lo pagare! - solto el agarre, dejandome masajearme aquel lugar presionado momentos antes. "debes pagar 26 libras, Dawkins." asenti y con rapidez me sumergi entre la gente para volver al hospital, donde seguramente era esperado con una que otra apuesta.
a paso rapido avanzaba por la ciudad, atento a no llamar la atencion de nadie de paso que poco a poco el sangrado se iba deteniendo, logrando despejar mis manos y poder limpiar estas con un pequeño pañuelo que se encontraba dentro del compartimiento en mi saco.
me detuve fuera del hospital para lograr un suspiro y tomar fuerzas para entrar, no deseo presenciar ni una sola muerte más. al momento de abrir las puertas sneep me recibio con una mirada asesina, mientras fanny me informaba de la situacion y que teniamos un paciente en la sala de cirugias.
con rapidez me adentre en el pequeño cuarto, mientras observaba al señor acostado boca a bajo sobre la madera y apostaba con el otro cirujano en la sala, teniendo una meta de 30 segundos, intentando calmar al paciente de el gran dolor de su vida me acerce a su oido para informarle las consecuencias de la amputacion de su pierna.
tome el cuchillo que se encontraba a mis espaldas y me acerque al paciente con rapidez, para colocarle suavemente el artefacto sobre su piel sin lograr quitarle dolor. - tiempo. - comenze a cortar con la mayor rapidez que podia, sin importarme ser cubierto de sangre por todas partes y ignorando los gritos cubiertos del señor debajo de mis manos.
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con rapidez intentaba pasar desapersivido entre la gente, empujando a algunos y pidiendo permiso para los más adultos, ante todo el respeto. decidi adentrarme entre un callejon con sabanas, dando un manotazo a cada una, buscando librerarme.
un gran puño se dirigio a mi rostro, sin darme tiempo de reaccionar impacto en mi nariz logrando tirarme al suelo. lleve mis manos a detener el sangrado en esta mientras me levantaba con rapidez y me acercaba al causante de la gran herida mirandolo algo enojado.
otro fuerte golpe me obligo a caer, para luego ver a darius evitar una sabana y pensaba en como llenar esta de la propia sangre del imbecil con sonrisa arrogange frente a mi, sabiendo perfectamente la posicion de ambos.
"tienes hasta el lunes de la semana que viene." ¿lunes?, ni loco conseguire el dinero en esos dias a menos que tenga una varita magica o suceda un milagro del cielo. - viernes. - ladee la cabeza a un lado esperando algun gesto de aceptacion, más no recibi este nunca.
"hasta el martes, sere amable y te dejare elegir." luego desaparecio por donde aparecio y vi la mano del gran señor delante de mi extenderse para que tome la suya. con algo de dificultad lo hice y volvio a golpearme, logrando volver a tirarme al suelo sin ningun exfuerzo.
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él se encontraba frente a mi con su sonrisa tan feliz y orgullosa, como si se alegrara de verme, aquel mismo viejo decrepito que me abandono cuando me encerraron dandome 15 años de prision en londres, aquel mismo viejo que decidio dejarme solo afrontando la vida con tan solo 13 años, ahora mismo se encontraba mirandome, sin una pizca de arrepentimiento en él.
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𝗟𝗜𝗔𝗥. ; 𝘫𝘢𝘤𝘬𝘮𝘢𝘴.
Randomsus ojos demostraban un gran destello, una gran dulzura tan inocente, pero él no sabia que se encontraba observando al mismo diablo en carne y hueso, el cual lo endulzaba con dulces, cariñosas, adorables palabras, lo manipulaba a su antojo como su s...