Brujas, Mutantes y Centinelas

Basilisco en Fuga

Era otro horrible día dentro del Conformatorio. Como siempre, los exploradores del Aquelarre del Emperador fueron a las celdas de los basiliscos para obligarlos a absorber la magia de criaturas inocentes, obligarlos a tomar la forma de otras personas (en su mayoría de otros prisioneros del Conformatorio) y torturarlos si no obedecían. Para nada una vida que alguien querría tener.

Vee no sabe si fue el destino, un simple golpe de suerte, o algo más.

Por mera curiosidad, Vee tomó la forma de una niña pequeña que vio en una foto. Uno de los exploradores del aquelarre se dio cuenta, pero afortunadamente para Vee, la niña de la foto era la hija de ese explorador, quien lejos de enojarse, decidió ser amable con ella y contarle más sobre su hija, la cual lamentablemente había fallecido hace un tiempo.

Ese mismo explorador ayudaría a los basiliscos a escapar del Conformatorio más tarde, pero cuando fueron emboscados por más miembros del Aquelarre del Emperador, el explorador se sacrificó para darles a los basiliscos el tiempo necesario para escapar.

Vee nunca olvidaría a ese explorador.

La primera persona en su vida que la trató bien.

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Ya había pasado un día desde que Vee escapó del Conformatorio y afortunadamente había logrado pasar desapercibida, pero no sabe por cuanto tiempo más tendría esa suerte, por lo que necesitaría un plan.

Vee recordó que en varias ocasiones los exploradores hablaban sobre Eda la Dama Búho, una bruja salvaje que el Emperador quería atrapar a toda costa, atendía un puesto en el mercado de Huesosburgo aparentemente tenía un portal al Reino Humano. Perfecto. Eso era lo que necesitaba para estar lo más lejos posible del Aquelarre del Emperador. Ahora todo lo que necesitaba era encontrarla.

Mientras avanzaba hasta su destino, Vee recordó a Tres y Cuatro, los dos basiliscos que escaparon con ella. Si Vee les escuchó bien, Tres iba a vivir disfrazada entre el resto de brujas y demonios, mientras que Cuatro se iba a unir a una especie de resistencia que lucharía contra la tiranía del Emperador Rama-Tut. Vee creía que en ambas situaciones era cuestión de tiempo antes de que la gente se diera cuenta y las volvieran a capturar, pero tampoco las culpaba por no haber buscado una tercera opción.

Le tomó un tiempo, pero por fin encontró el puesto de la Dama Búho. Es extraño. Además de Eda, también vio a una bruja (Luz) abrazando a una humana (Jubilee). Recordaría la forma de la humana para más adelante. Vee se escabulló por detrás de la tienda de la Dama Búho y encontró el portal de Eda abierto, así que se apuró en cruzarlo antes de que alguien la notara.

Extraño. Toda la vegetación en el Reino Humano era verde. Fue un completo cambio con respecto a la vegetación de tonos rojizos del Reino de los Demonios. Pero eso era secundario. Vee por fin podía sentir el aroma de la libertad.

Camila: "¡¡Luz!! ¿¡Dónde estás!?"

Bueno, eso le pasa por tentar a la suerte. Antes de que la mujer la reconozca como basilisco, Vee se transforma en la humana que vio antes.

Camila: "¡Jubilee! ¡Tanto tiempo! ¿Dónde habías estado?"

Vee (con la forma de Jubilee): –nerviosa— "Hola. Compañera humana. Uhh... la piel es extraña." –mentalmente— "¿Así hablan los humanos, cierto?"

A Camila le pareció extraña la forma de hablar de Jubilee, pero no le prestó mucha atención. Tenía cosas más importantes en las que enfocarse.

Camila: "Jubilee, ¿has visto a mi hija Luz? La he estado buscando por un buen rato pero aún no la encuentro."