Hablo conmigo misma sobre todo lo que pudo haber sido y nunca fue. A pesar de vivir sin fechas marcadas y muchas piedras en el camino nunca me faltó tu voz cuando tocaba soplar las velas o tomar las doce uvas.
Que esté lejos no significa que duela menos, pero me niego a llenar el mar de flores cuando sé que siempre las quisiste en vida.