the last of chainsaw man

Supervivencia y promesas

Prologo: Supervivencia y Promesas

El mundo cambió tanto en la última década. El hongo Cordyceps trajo la destrucción y la muerte a todo lo que conocíamos. Las ciudades se desplomaron, las costumbres quedaron atrás, y las vidas humanas se redujeron a simples instintos de supervivencia. No sé si alguna vez supe lo que era vivir como antes. Nací justo antes del brote, pero era demasiado pequeño para recordar cómo era el mundo antes de todo. Desde que tengo memoria, todo ha sido supervivencia, desde los días oscuros en el orfanato, donde Fedra gobernaba como si nada más importara, hasta las frías calles de la zona segura, donde los pocos restos de humanidad aún luchaban por vivir, mientras la hambruna, la tristeza y la injusticia se cernían como sombras sobre nosotros.

El ser humano, como siempre, encontró la manera de salir adelante, como siempre, aunque de una manera retorcida y cruda. La supervivencia se convirtió en una necesidad diaria, un ciclo interminable de luchas, pérdidas, y momentos fugaces de esperanza. Eso era lo único que quedaba. Los recuerdos de un mundo que ya no existía se desvanecían lentamente, como el sol al final de un día interminable.

Claro, si provocas al perro, en algún momento se alterará y te morderá. Eso fue justo lo que pasó. La gente se hartó, y un grupo armado comenzó la guerra contra Fedra en la zona segura. Yo no sé exactamente qué ocurrió después de eso, pero lo que sí sé es que, con mi familia y amigos, tuvimos que escapar. Fuimos a buscar un lugar mejor, un sitio donde la muerte no estuviera acechando cada minuto, donde las oportunidades no fueran solo un sueño lejano. Ahora, nos encontrábamos viajando, en un destino incierto, cruzando caminos en busca de algo que se sintiera como un futuro.

"¡Denji!"

Escuché la voz de Aki, rompiendo mi concentración.

"¿Qué pasa, Aki? ¿Un corredor te está haciendo correr? "bromeé mientras observaba el paisaje.

Aki llegó rápidamente al lugar donde me encontraba. Su expresión, como siempre, era seria, pero sus ojos brillaban con una intensidad que no podía ocultar.

"No digas idioteces. ¿Encontraste algo? " preguntó, con una ceja levantada mientras se acercaba a mí.

"Eh... simplemente un bolígrafo con un poco de tinta "respondí, mirando el objeto con cierta indiferencia. Lo sacudí un poco y lo probé, pero no pintaba.

Aki frunció el ceño, pero no dijo nada. En su lugar, simplemente me miró con esa mezcla de frustración y desesperación que había llegado a conocer tan bien.

"Bueno, al menos encontré algo, ¿no? " comenté con una sonrisa pícara. Aki me miró como si estuviera a punto de explotar, pero antes de que pudiera decir algo, levanté un papel y lo pegué en su espalda, sobre su chaqueta. El papel decía solo una palabra: "Muere".

Aki suspiró pesadamente.

"Eres un idiota, Denji " murmuró, mientras continuaba caminando, sin hacerle caso al humor que intentaba aliviar la tensión de la situación.

Nos dirigimos a un pequeño campamento temporal que habíamos montado en una casa en un suburbio. Era un lugar tranquilo, al menos por ahora. La tranquilidad era escasa en estos días. Siempre había algo, siempre había un peligro acechando en la oscuridad. Como en este momento, por ejemplo.

Al llegar a la calle que daba a la casa, vimos a un grupo de corredores merodeando cerca, su andar errático y su hambre insaciable evidentes. Denji y Aki se agacharon rápidamente, escondiéndose detrás de un coche abandonado para evitar ser detectados.

"¿De dónde salieron esos malditos? " susurré, manteniendo la calma mientras observaba el grupo acercarse.

"No importa ahora. Tenemos que eliminarlos. " Aki hablaba con voz baja, pero firme.