"El amor siempre triunfa" "Amourshiping"

"Epílogo: 4 palabras"

Traido a ustedes gracias a
Amourfiction.
#Amourpara siempre.

Un día primaveral como cualquier otro…

Todo estaba listo.

Las decoraciones, los asientos, los invitados.

Todo estaba en su lugar, en su papel, nada fuera de lo ordinario, nada que pudiese arruinar esta ceremonia.

Una boda, un casamiento, un matrimonio, la forma más pura de amor, un símbolo de devoción, de compromiso, y de eterna responsabilidad, una responsabilidad compartida por dos amantes, que dejan de ser amorosos inmaduros para convertirse en una pareja madura, una pareja que decide dar el siguiente paso, de afrontar todo juntos, permanecer en las buenas y en las malas.

Hasta que la muerte los separe…

En un día invernal como cualquier otro…

La nieve no paraba de caer, se amontonaba en las aceras y tejados, caía con cierta gracia en los árboles frondosos de alrededor de Ciudad Fractal.

El bosque se cubría con aquel manto gélido, que caía como cobija para los Pokémon tipo hielo nativos de esa zona, y aquellos que no lo eran dormían profundamente en otro lugar.

Y ese lugar era una cabaña en lo profundo del bosque, una cabaña sencilla de dos plantas y un pequeño cobertizo de anexo, una cabaña que era la única luz en todo ese bosque.

Aquel cobertizo era una cómoda cama para dos Pikachus, uno hembra y uno macho.

—Duerman bien pequeños— dijo una suave voz mientras cubría a ambos leales compañeros de viaje con una frazada.

Aquella dulce voz, venía de una dulce persona; Serena, la reina de Kalos, la princesa de Hoenn, la promesa de Vaniville.

Serena salió de aquel cobertizo, asegurándose de que los dos Pokémon se mantuvieran calientes y cómodos en su improvisada cama.

El anexo daba a un rústico pero acogedor salón, en el centro un sofá y una mesita de café que daba  una acogedora chimenea, el sofá, si bien era algo viejo, tenía un tacto suave y cómodo, en la esquina una cocina igual de vieja que el sofá, complicada de manejar pero podía seguir preparando deliciosos platillos, y detrás de estos, unas escaleras que daban al segundo piso, igual de viejas…y no tan funcionales.

Una caída se escuchó desde tales escaleras, seguido de una maldición…

—¡Ash!, ¿Estás bien?— exclamó Serena corriendo para ver si el azabache no se había lastimado.

Ash, campeón de Alola y ahora de Kalos, pronto maestro Pokémon, la promesa de Pueblo Paleta, bueno, la “torpe” promesa de Pueblo Paleta.

—Estoy bien, no te preocupes,— dijo Ash bajando con más calma—Solo me distraje y estás malditas escaleras resbalan demasiado—

—Quizás sea porque alguien no deja de usar sus botas cubiertas de nieve en ellas— dijo Serena enfatizando ese “alguien” en la cara de Ash, provocando que se sonroje ligeramente.