[𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍]

Forbidden Game (Pt.2)

-¿Por qué no nos quedamos en casa?- se queja Jimin, pero no aparta la mano de Jungkook mientras lo arrastra.

Cometió el error de volver a casa para las vacaciones de primavera, pero ver a Jungkook siempre valía la pena. La distancia nunca fue suficiente, ya que sus horarios a veces ni siquiera les permitían enviarse mensajes de texto.

-Porque no puedo estar un segundo a solas contigo- responde el pelinegro con total naturalidad. Está molesto y agarra con fuerza la mano del más bajo.

Jimin está bastante seguro de que los "hermanos" no deberían tomarse de la mano de esa manera, pero el argumento de Jungkook es que nadie en su vecindario ve a Jimin, ya que solo viene a casa quizás dos veces al año. -Mamá está siendo muy molesta.

-No puedes culparla- murmura Jimin, evitando la mirada que Jungkook le lanza por encima del hombro. Está realmente molesto. Es tierno.

-¿Tanto odias pasar tiempo conmigo? -refunfuña, doblando en una esquina. Jimin sabe a dónde lo está llevando ahora. Jungkook quiere ir al parque.

-Podríamos haber ido a tu habitación.

-Sí, para que ella pudiera tocar la puerta cien veces como ayer.- Jungkook les hace cruzar la calle de forma imprudente, pero está vacía salvo por unos pocos coches aparcados. El clima es un poco demasiado fresco para el gusto de Jimin, pero Jungkook siempre era más acalorado que él. Eso le beneficiaba -Solo puedo verte adecuadamente durante las vacaciones o si te visito.

-Te refieres a meterme la lengua en la garganta- corrige Jimin, riéndose cuando Jungkook casi gruñe de irritación. Ahora está haciendo pucheros, todo enojado y petulante, y Jimin no puede creer que realmente esté alentando esto.

-¿Y qué si eso es lo que quiero hacer?-argumenta, guiando a Jimin hacía el parque. Se dirige directamente a la estructura del patio de juegos, pasando por alto los columpios en los que Jimin se había entretenido brevemente. -No te escuché quejarte esta mañana.

-Oh, ¿Mi bebé grande se enojó?- susurra Jimin, riéndose cuando Jungkook lo acerca bruscamente, empujándolo hacía él. Los brazos del tatuado rodean la cintura de Jimin y lo mira con tanta intensidad que la risa de Jimin muere en su garganta.

-¿Crees que esto es gracioso?

-Creo que estás actuando como un adolescente hormonal

-Soy un adolescente hormonal- le dice Jungkook, absolutamente descarado. No le da a Jimin la oportunidad de responder, lo besa con fuerza, sus dientes lo muerden.

Jungkook lame su boca en el segundo en que Jimin jadea, abrumado por la fuerza abrumadora del beso. Incluso aprieta el trasero de Jimin con ambas manos mientras lo besa, acercándolo lo más que puede, chupando su lengua solo para escucharlo gemir.

Jimin tarda un momento en recordar dónde están y emite un sonido de protesta mientras intenta alejarse de Jungkook para que se detenga.

-Jungkook...

-¿Qué?- pregunta, echándose hacía atrás lo suficiente para darle a Jimin la oportunidad de recuperar el aliento. Las pupilas de Jungkook ya están dilatadas, sus labios resbaladizos y Jimin solo puede imaginar que se ve peor. Siempre parecía estar más afectado cuando hacían algo y no era justo.

-Estamos parados en medio del parque-le recuerda Jimin, mientras el calor le sube a las mejillas. Se encuentra mirando fijamente el pecho de Jungkook, agarrando con los dedos el dobladillo de su sudadera. Su labio queda atrapado entre sus dientes, una humedad familiar ya pegajosa entre sus muslos. A veces Jimin olvidaba lo mucho más fácil que era todo esto para Jungkook.