Miradas |Rinzu|

|09|

2019 · Presente.

Sanzu estaba sentado en la cama, pensando en lo que habia hecho, pensando en él, pensando en si lo había lastimado tanto al punto de que le tuviera miedo.
Pero no entendía porque Rindou se enojo, no fue su culpa lo que pasó, él solo quería hacerlo sentir feliz, fue culpa de Rindou, no suya.

Unas horas antes, Sanzu estaba acostado sobre Rindou, intentaba mantenerlo a su lado, no sabía porque Rindou se quería alejar de él, pero eso lo estaba desesperando.

Rindou se levantó para ir al baño, de camino acaricio su brazo, que Sanzu había arañado. Rindou tenía un problema que nadie conocía, cuando Sanzu lo acosaba, le generó un gran rechazo al contacto físico, lo soportaba, pero habían momentos en los que no soportaba que hubiera alguien cerca suyo. No sé lo había dicho a Sanzu, y al parecer Sanzu estaba demasiado cariñoso.

Cuando entro al baño suspiro, estaba en la comodidad de su casa, y aún así se sentía incómodo. Paso media hora ahí dentro, y cuando abrió la puerta, se encontró con Sanzu frente a él. Tenía las pupilas dilatadas y la mirada perdida.

—Haru... ¿Que tienes? ¿Estás bien? —Con mucho cuidado acercó su mano a la mejilla de Sanzu, pero solo se atrevió a rozarlo con los dedos.

—¿Por qué no me das cariño?... ¿Por qué no me tocas Rindou?... —Sin medir fuerza, tomó las muñecas de Rindou, haciéndolas tronar y doler, no las rompió, pero si lo lastimó.

—Sanzu... Mis muñecas duelen... Suéltame... No me agarres así... —rogó con un tono bajo, estaba adolorido.

—No me dejes Rindou, por favor, no me dejes. —Con su cuerpo empujó a Rindou hacia dentro del baño, cerrando la puerta detrás suyo.

Rindou no tuvo ni tiempo de reaccionar cuando Sanzu ya lo había recostado en la pared del baño, no pudo alejarlo cuando ya le había quitado la ropa dejándolo en boxers, no pudo decir nada cuando Sanzu le tapó la boca y la nariz dejándolo sin aire.

Sin ser consciente, Sanzu estaba ahogando a Rindou mientras solo se concentraba en marcarlo, en besarle el cuello y regarlo por dejarlo de lado.

Rindou estaba sofocándose, el aire no llegaba a sus pulmones, su piel se estaba poniendo pálida, sus ojos se desorientaban a momentos y las venas se empezaban a notar más.

Cuando Sanzu estaba por hacer algo más, soltó a Rindou, y este cayó al suelo inconsciente. La parte poco consciente de Sanzu salió a la luz cuando vio que el pecho de su novio no se inflaba con aire.

Con un terror muy grande, Sanzu vistió a Rindou y lo tomó entre brazos, salió corriendo y se apresuro a llegar a un hospital, no sabía ni siquiera si se había puesto bien los zapatos, solo sabía que le preocupaba el bienestar de su novio.

De todos los futuros en los que pasaba algo, ese era el único en el que él mismo provocaba la muerte de su novio, al menos de forma directa. ¿Era mucho pedirle al destino un final feliz en el que pudiera estar con Rindou y adoptar un niño? Al parecer, sí.

Entro al hospital, llorando sin siquiera saber cuándo empezó a hacerlo, le rogó a la enfermera que tratara a Rindou, y cuando lo separaron fue peor, no quería dejarlo ir, quería estar a su lado.

Se sentó en la sala de espera, y así es como llegó hasta el punto de cuestionarse la razón de que Rindou estuviera así. Si Rindou nunca lo hubiera tratado mal, él nunca hubiera actuado así, y ese fue el primer error de Haruchiyo, culpar a otros cuando tenía miedo.