Siempre he vivido mi vida a mi manera; si tuviera que
describirme no podría hacerlo.
¿Mi nombre? ¿Mi edad?
¿Acaso importa?
No, no importa, yo no soy el protagonista de esta historia, o mínimamente no me siento de esa manera. Intentaré ser lo más preciso para que sepas porque vale la pena amar, si es que en verdad existe esa cosa tan dolorosa que todos experimentamos de una u otra manera.
Soy un chico que fue un error, mi madre aún no tenía 18 años cuando nací, y mi padre raramente es más joven que mi madre por un mes de diferencia, nada sobrenatural, pero sí un poco curioso.
—¡Llegué de la escuela!
Mi abuela siempre se encontraba en la cocina de mi casa preparando la comida.
Desde que nací viví en casa de mi bisabuela junto con mis padres; sin embargo, aquella viejecita fue la que me crio en gran parte de mí.
En mi infancia, ella me dio de comer, ya que mis aún jóvenes padres no podían solos, no tenían experiencia, solo eran un poco mayores que yo.
Fui educado con los valores más lindos y compasivos que un chico pueda tener; las novelas y películas de la televisión eran mi mayor inspiración para amar. Esto provocó que desde pequeño soñara con el amor de una chica linda que diera todo por mí sin importar lo que otros pensaran o dijeran; esa simple idea me daba mucha ilusión, pero mi físico no era algo que ayudara. Por más que las personas dijeran que eso no importa, creo que es bien sabido que la mayoría de relaciones empiezan con un gusto físico, y si alguien dice lo contrario, estaría mintiendo, o verdaderamente desesperado.
Un día, mi padre se marchó. Él dormía solo en la sala, encima de una colcha vieja. Él muy temprano se levantaba para irse a trabajar en una tortillería, donde regresaba hasta las 6pm.
Pero un día, sin explicar absolutamente nada, él se fue; sus cosas no estaban. Quizás se hartó de las peleas nocturnas diarias que tenía con mi madre, o simplemente estaba cansado de aquellas cosas que un niño no se entera.
—No importan las peleas que tengamos tu madre y yo, tú siempre serás mi hijo.
Pocos días después, él me buscó, pidió perdón por irse sin decir nada y prometió que me visitaría seguido.
Ni siquiera me di cuenta cuando ellos volvieron a ser pareja: de un día a otro ya estaban reconciliados.
Sin embargo, mi abuelo materno que vivía en Estados Unidos era el dueño de la casa donde todos vivíamos. Él, al sentirse ofendido por la manera en que mi padre se marchó, le prohibió regresar a la casa a vivir.
Mi papá venía a vernos a diario, y cuando era de noche él se marchaba feliz y triste a la vez.
Pocos años después, mi padre nos llevó a vivir con él a casa de sus padres donde también vivían 5 de sus hermanos, contando a la única hermana, la cual era la menor, tres años más joven que yo.
Aquella casa era un completo desastre, sucia, olía mal y ni siquiera había agua potable.
Durante mucho tiempo viví en esas condiciones, hasta que mi madre pudo convencer a mi papá de conseguir una casa de alquiler por nuestra cuenta, y una noche simplemente nos mudamos a una pequeña casa cerca de la zona. Ahí fuimos una familia durante un tiempo.
No tardamos mucho en mudarnos debido al alquiler tan elevado. Esta vez terminamos viviendo en un pequeño local acondicionado para ser una casa, aunque ni siquiera tenía regadera, ni mucho menos coladera.
Poco a poco tomé la decisión de quedarme todos los días con mi abuela, esto debido a las condiciones en que vivía con mis papas, pero sobre todo a aquellas noches donde papá se ponía muy violento, donde él arrancaba a toda velocidad la camioneta vieja que recién acababa de comprar, o incluso los objetos que aventaba.
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El Primer Amor es una Mierda: Love Days Mariposa
RomanceEl amor adolescente, muchas cosas es lo que se dice sobre eso "A esa edad no se ama" "Todo es una mentira" "Aún no se es maduro" Este libro es una obra literaria escrita en primera persona que cuenta la historia de un niño de 12 años que al momento...