Entre el Odio y el Amor: Un Matrimonio por Obligación ©

3. Preparativos y descontrol

Todo se estaba yendo a la mierda.

La familia de Ashton y mi familia, estuvieron estas semanas ocupándose de los preparativos de la boda. Todo iba tan bien como ellos querían, y yo solo podía mantenerme callada.

Había más cosas que hacer, pero ni Lily, ni Ashton, ni yo estábamos muy felices con todo esto, ¿Cómo íbamos a ser felices con algo así?

Mi hermana era muy joven para casarse con una persona como Ashton y Ashton, pues era él, no había más que decir al respecto. Ni siquiera hablábamos, pero sí es verdad que me enteré de que mi hermana y él debían convivir juntos, algo planeado por los padres de Ashton y los míos.

Lily ni siquiera podía ver a Louis, porque si lo hacía seguramente mis padres los descubrieran y tampoco es que la pobre tuviera mucho tiempo.

La madre de Ashton y la nuestra no la dejaban respirar ni un poco.

Yo no podía hacer nada al respecto porque si decía algo estaba segura de que mis padres me sermonearían y ya estaba cansada de todo eso.

Me miré en el espejo, no estaba segura de que fuera buena idea ir a una maldita fiesta, pero mis padres me habían insistido en ir para acompañar a Ashton y a mi hermana. Así que no tenía de otra que ir y vigilar a mi hermana. 

Aunque ella había admitido que quería ir a esa fiesta para pasar tiempo con Louis, lo cual no entendía muy bien como harían eso, así que supongo que tendría que ayudarles para que no fueran descubiertos. 

Y lo que más me sorprendía es que Ashton también se había ofrecido a ayudarlos. Lo cual no es que me convenciera en absoluto, así que también tendría que vigilar a Ashton, porque a saber que quería sacar con todo esto.

—¡Olivia! ¡Baja que ya llegó Ashton! —escuché el grito de mi madre desde la planta de abajo.

Suspiré, yo podía estar en estos momentos en mi dulce cama viendo alguna serie o leyendo algún libro, de los tantos que tenía pendiente. 

Pero no, tenía que ir a una maldita fiesta rodeada de personas borrachas y con las hormonas por las nubes. Qué maravilloso puede ser todo a veces, era la favorita de la suerte, estaba segurísima de ello.

Bajé las escaleras sin tener muchas ganas de hacerlo, ni siquiera podía decir que estaba enferma porque eso ninguno de los tres se lo creería. 

Al bajar me encontré a mi madre y a mi hermana con una sonrisa. Un poco más alejado se encontraba Ashton viéndome de arriba a abajo con una sonrisa divertida. 

Volteé los ojos, sabía que había sido una mala idea ponerme este vestido. 

Era un vestido negro, corto y que se ceñía muy bien a mi cuerpo, lo había elegido mi hermana, porque yo no estaba para elegir. El pelo lo tenía suelto y ondulado, porque mi querida hermana quería que esta noche estuviera más espectacular de lo que ya lo era. 

Aunque sí iba a admitir que los tacones negros eran muy cómodos.

—¿Listas? —nos preguntó él, y ambas asentimos saliendo de casa, no sin antes despedirnos de mi madre y obviamente no faltó el comentario de mi madre. 

—¡Tener cuidado! —bufé, y me giré para ver como mi madre miraba a Ashton—. Cuídalas.

—Lo haré siempre, señora Turner —volteé los ojos de nuevo, yendo a la parte de atrás.

—Liv, ¿puedes sentarte delante? —susurró ella una vez que ya no vimos a mi madre. 

Asentí a regañadientes y me senté en el asiento del copiloto.