En el dorado abrazo del otoño, la estación favorita de Wei WuXian, como cada mañana se desliza a su refugio predilecto, un santuario de paz en dónde su alma respira libre, lejos de las paredes de su hogar en las que se siente ahogado.
El tintineo de la campana anuncia su llegada al café, un eco familiar que acompaña sus pasos. Se acomoda en su rincón abitual junto a la ventana, desde donde puede observar a los árboles con su ballet de hojas secas en el parque de enfrente. A esa hora temprana, la ciudad de agita con prisa y preocupación.
La mesera, familiarizada ya con aquel cliente habitual, no tarda en aparecer con una taza de café bien cargado, un vaso de agua y cuatro exquisitas delicias. Wei WuXian agradece el servicio con una amable sonrisa, que ilumina el ambiente con su calidez.
De su bolso saca sus anteojos y un libro. Se sumerge en la lectura, acompañado por el delicioso aroma del café que se manifiesta en el aire. Cómo un ritual da el primer sorbo a su café y luego lo deja reposar, esperando a que se enfríe un poco. A esa hora de la mañana es un remanso de paz, el local no está muy lleno y la musica al estilo shidaiqu, a un volumen bajo, envuelve el ambiente.
La rutina de Wei WuXian era una sinfonía de tranquilidad, siempre se quedaba hasta el medio día olgazaneando. Pero esa mañana, ¿quién podría prever qué algo iba a cambiar?
La campana de la puerta tintinea anunciando la llegada de otro cliente. Sus pasos se mezclan con la música de fondo y se detienen frente a la mesa donde Wei Ying está sentado.
¡¿Disculpa!?, este asiento está vacío, ¿Me puedo sentar?
El local prácticamente está desocupado, puedes escoger otra mesa - responde Wei WuXian sin despegar la mirada de su lectura.
Mnh... Te equivocas, todas las mesas están ocupadas.
Eso no es verdad - Wei WuXian mira a su alrededor, para terminar fijándose en el hombre más varonil que ha visto en su vida, que precisamente está parado junto a él.
Sí, lo están. Si te fijas bien, nadie las está ocupando - explica el hombre varonil.
Wei WuXian trata de reprimir su sonrisa divertida - tienes un buen punto ahí. Nadie las está ocupando - se apoya contra el respaldo de la silla, palmeando uno de sus muslos - de verdad tenemos un gran problema - chasquea la lengua con diversión - en ese caso, puedes ocupar una silla y sentarte en mi mesa.
Gracias - el hombre con porte varonil se sienta, y la mesera, con gracia se acerca para entregarle la carta.
Un tranquilo silencio, se posa en el ambiente, hasta que el invitado con voz suave pronuncia - Leila guerrero.
¡Eh...! - Wei WuXian queda con su delicia a medio camino de consumir.
La escritora del libro La llamada. Un retrato
¿Conoces la historia? - Wei WuXian se muestra entusiasmado - en China pocos conocen a la escritora.
El libro narra los horrores que vivió Labayru, y la vida que vivió después de la liberación, incluyendo el rechazo que enfrento de sus antiguos compañeros de la militancia y de la lucha por reconstruir su vida en el exilió.
Es una tragedia ser perseguido por pensar diferente. Ni siquiera la llevan a un juicio que lo justifique. La protagonista encerrada y torturada de diferentes formas, importándole poco que estuviera embarazada de 5 meses - se lamenta Wei WuXian.
Pero ella lo sabía. Conocía el riesgo que corría al unirse a una organización izquierdista. Aunque su lucha contra la dictadura cívico militar era para un bien común. Se debe pagar un alto precio por el riesgo - reflexiona el hombre varonil de voz suave y tranquila.
Yo lo habría hecho, dar mi vida por una ideología por el bien común - Wei WuXian bebe de su café.
A estás alturas el té de hierbas y las galletas de vainillas habían sido servidas al invitado.
Se respeta tu manera de pensar. Pero, ¿y tu familia?.
Mi familia, ¿qué?
Pertenecer a una organización guerrillera, te alejaría de ellos, sufrirían por tu decisión - el invitado toma un sorbo de su té.
Si mi familia se beneficia de mi esfuerzo, aunque muera en el intento y otros continúen con el legado. Tendré que tomar esa decisión sin mirar atrás - sonríe Wei WuXian - Pero la realidad de la actualidad es otra.
Mnh.... - coge una galleta y sin apuro se la come.
Y tú, ¿estás leyendo algún libro? - Wei WuXian no se molesta en mostrar su absoluta curiosidad.
El invitado saca un libro de su bolso y lo coloca sobre la mesa.
Este libro es una joya, Ana Magdalena Bach, un viaje desde la tumba de su madre a vivir experiencias que la transforman, aunque sea sólo por una noche. En su travesía reflexiona sobre su vida. El libro explora temas sobre el amor, la memoria e identidad. Un canto a la vida y a la resistencia del goce a pesar del paso del tiempo - sonríe, Wei WuXian, satisfecho.
Mnh, es un buen libro. ¿Lo has leído?
No. Sólo reseñas, Pero terminando este pretendo leerlo - Wei WuXian deja ver su entusiasmo.
Toma te presto el mío.
Pero tú aún no lo terminas - sonríe.
Lo he leído varias veces.
¡Oh, genial!, pero, ¿cómo te la devuelvo, cuándo? - Wei WuXian estaba intrigado. Ese hombre varonil se sienta en la misma mesa que él, habiendo varias desocupadas. ¿Por qué un desconocido de buenas a primeras se le acerca?. Coincidentemente, tienen un tema en común. Se nota que no es alguien que frecuente un lugar como ese, ¿qué lo motivo y por que precisamente se fijó en su persona?
No te inquietes, me lo vas a devolver - el hombre varonil se pone en pies, dejando el libro en la mesa - ¡nos veremos pronto! - se dirigió a la caja, pago su consumo y se marcho.
¿Qué fue eso? - Wei Ying se quedó absorto y de repente, con la sorpresa marcada en su rostro, se dió cuenta de algo - ¡¡SU NOMBRE!!, no me dijo cómo se llamaba, tampoco me dió su número de teléfono. ¿Cómo le voy a devolver su libro? - se rascó la cabeza, frustrado.
Wei WuXian tomó el libro y tras ojearlo, noto que estaba gastado y que se veía viejo - de verdad ya lo había leído.
Wei WuXian mira hacia la calle con la mirada perdida. A esa hora de la mañana la afluencia de gente ha aumentado - ¿Por qué siento que ya lo conozco de algún lado?

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Llegar a tu corazón.
FanfictionUna tarde cualquiera, Wei WuXian estaba en un café. Solitario leía un libro, concentrado en su lectura. Era su rutina diaria, hasta que un dia, un desconocido se sentó en su mesa y empezó a enamorarlo. Los personajes de Mo Daozushi no son de mi prop...