Wei WuXian se encontraba en la parte trasera del auto, con su mirada perdida en el horizonte, como si buscara respuestas en el infinito. Tenía permiso para hacer lo que deseara hasta el mediodía, pero le habían prohibido conducir. Si quería salir, debía hacerlo acompañado de un chófer y un guardia, siempre vigilantes del horario que debía cumplir.
A sus 28 años, no comprendía por qué lo seguían tratando como a un niño. Le resultaba extraño no estar casado ni tener al menos un hijo a su edad.
Los Jiang decían ser su familia, pero él se sentía ajeno. Un vacío inquietante y una nostalgia perdida lo invadían.
El chófer le anunció que habían llegado. Otra vez lo mismo, esos momentos en los que se perdía y no se daba cuenta de lo que sucedía a su alrededor lo llenaban de frustración.
Con un suspiro exhalado desde lo más profundo de su ser, desciende del vehículo y se queda de pie, contemplando la imponente mansión. No siente afinidad por ese lugar y su corazón anhela escapar. Lo que debía ser su refugio, ante sus ojos no es más que una cárcel. Esa familia le roba el aliento y la paz.
Al entrar, se encuentra con un sirviente que le da la bien venida y le pregunta si necesita algo. Wei WuXian lo único que le pide es que no avise de su llegada y que va a estar en su habitacion.
¡Lo siento joven maestro, pero no puedo hacer eso. Los señores nos exigen avisar cuando usted llega - dice apenada la sirvienta.
¡Vamos!, ¿no puedes hacer una excepción? - esconde su fastidio detrás de su mirada cansada.
¡Lo siento joven maestro, pero no quiero meterme en problemas!
¿Ahora quieres que los empleados mientan por tí? - Jiang WanYin le mira serio con los brazos cruzados.
Quería estar solo por un momento - Wei WuXian siente desconfianza ante la mirada de escrutiño que WanYin le da.
Sólo. Siempre quieres escapar. No creo que esta familia sea tan desagradable como para que quieras esconderte de nosotros - recrimina WanYin.
No, no es eso... Yo... - Wei WuXian no sabe cómo actuar en frente de aquel que le mira como si quisiera golpearlo.
Un par de tacones se dejan oír por la escalera que conecta la planta baja con la alta.
¿Cuál es el escándalo?, WanYin. Deja de atormentar a tu hermano - llama la atención Yu ZiYuan.
Lo mismo de siempre - chasquea la lengua cruzándose de brazos, WanYin.
Deberías estár con tu esposo y tú hijo. ¿Por qué estás aquí? - exije saber la mujer.
Quiero saber cómo van las cosas, aún no recibo noticias - WanYin se muestra enojado.
Lo único que haces es molestar, vienes todos los días, en vez de preocuparte por tu familia. Niño inútil. Te dije que cualquier cambio o evolución te iba a estar avisando - regaña la mujer a su hijo.
Señora, aquí está el agua - ofrece una sirvienta.
Justo a tiempo - Yu ZiYuan coje el vaso y se acerca a Wei WuXian con un frasco de pastillas en la mano.
Wei WuXian mira el agua y el frasco con recelo, y la negación marcada en el rostro.
Mira niño, si no lo haces tú, no tengo ningún problema con metertelo a la fuerza - amenaza Yu ZiYuan.
Sin responder y con resignación, Wei WuXian ingiere la pastilla que le dieron - yo... - guarda silencio y mira a la mujer con dudas.
¿Tú qué? - el tono seco de ZiYuan se escucha firme.
Me gustaría... Emh, regresar a mi departamento.
No tengo ningún problema con que te vayas cuando quieras - se burla la mujer.
¡MADRE! - grita WanYin.
¡CALLATE! - ZiYuan le devuelve el grito a su hijo - como iba diciendo. Te puedes ir, después de que el doctor te de el alta. O, te puedes ir ahora mismo, pero mis dos guardias personales se irán contigo y no te dejarán solo hasta que te den el alta - la mujer lo mira de pies a cabeza, analizando al mocoso.
Wei WuXian baja la mirada, frustrado - eres inteligente. Ve a tu cuarto a descansar - ordena ZiYuan.
WuXian sube la escalera, maldiciendo al mundo.
Extraño al Wei WuXian de antes - expresa WanYin con rabia.
Ese mocoso revoltoso, siempre ocasionando problemas. El doctor dijo que debíamos tener paciencia con él.
Me estoy cansando de su estúpido comportamiento.
¿Qué más esperas?, su enfermedad fue muy dolorosa, tu hermano sufrió mucho. Su trauma es demasiado grande. Los cuidados paliativos no fueron de mucha ayuda. Él volverá a ser el de antes, sólo hay que tener paciencia - recuerda Yu ZiYuan.
Wei WuXian está sumergido en su tina con agua muy caliente. Recostado con la mirada al techo. Su respiración es tranquila y relajada. No piensa en lo agobiado que se siente cuando su familia está encima de él recordándole sus horarios, según ellos, es una manera de cuidarlo porque aún está convaleciente, debido a que hace menos de un mes salió de una intervención quirúrgica, realmente ya no lo soporta y desea correr.
Wei WuXian quiere alejarse, pero no se lo permiten. Le dicen que, en soledad podría entrar en depresión. No entiende por qué si los Jiang, no son su familia, se empeñan tanto en cuidarlo. No llevan la misma sangre, deberían olvidarlo y dejarlo ir. Pero no, siempre están encima.
En la serenidad de su mente, pronto descubre que, una vez más, se encuentra en un vacío blanco. Aunque la costumbre ha suavizado el golpe, no puede evitar el desagrado de perderse en ese abismo. Cada vez que ocurre, siente que deja atrás un pedazo de sí mismo, como hojas que caen en el olvido del otoño.
La noche ha caído y el cielo se ha vestido de nubes. Las estrellas y la luna, tímidas, se esconden como si jamás hubiesen existido. Un manto oscuro lo envuelve todo, sumiendo el mundo en penumbras. Habrá que aguardar hasta la primavera para que la claridad regrese y disipe las sombras.
Parado en su balcón, Wei WuXian mira hacia el cielo interminable cuando algo, al otro lado de las murallas de su casa le llama la atención. No era algo, era alguien a quien no logra distinguir a la distancia. Para ver mejor va por sus anteojos y cuando regrese ese alguien ya no está. Pero en su lugar hay, ¿una caja?.
WuXian mira hacia todos lados para ver si al igual que él, hay alguien más viendo lo mismo.
Lentamente la curiosidad de Wei WuXian es como la de un niño, no lo puede evitar.
Al cruzar la reja, se da cuenta de que definitivamente no hay nadie alrededor. Pero de que había alguien hace un momento, lo había; el olor a cigarro en el ambiente y la colilla aún humeando así lo indican.
Sin pensarlo más, Wei WuXian toma la caja con agujeros en la tapa. Tiene una tarjeta que dice: cuídalos.
Wei WuXian no pudo evitar ampliar una sonrisa, de esas que hace tiempo no relucen en su rostro. En el interior de la caja había dos tiernos conejos, uno de color blanco y el otro, negro. Nuevamente miró ambos lados de la calle, para darse cuenta de que estaba completamente vacía. No queriendo que sus pequeños amiguitos se enfermen, regresó a la casa para protegerlos del frío.
Si Wei WuXian hubiera afinado sus sentidos, habría percibido la presencia oculta entre las sombras que los árboles de la calle tejían con su penumbra, unos ojos contemplánbandolo con intensidad.

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Llegar a tu corazón.
FanfictionUna tarde cualquiera, Wei WuXian estaba en un café. Solitario leía un libro, concentrado en su lectura. Era su rutina diaria, hasta que un dia, un desconocido se sentó en su mesa y empezó a enamorarlo. Los personajes de Mo Daozushi no son de mi prop...